miércoles, 2 de julio de 2014

SOBRE EL MECANISMO DE LA NUEVA VISIÓN: EL TERCER OJO




Asumo cada vez más claro que cuantos os os acercáis a leer el blog, cada vez estáis más interesado y entusiasmados por un trabajo consistente interior, el cual reclama la meditación diaria sistemática.

Siguiendo con el tema de la irradiación, os he presentado una serie de meditaciones que ya tenéis para elegir. No es preciso que las practiquéis todas al mismo tiempo, pensando que tenéis mucha vida por delante para progresar con su realización diaria.

Abundando en el tema de la irradiación, un aspecto que llama mucho la atención es el de “la  apertura del tercer ojo”. Es una experiencia que la humanidad actual está cerca de constatar, ahora que nos acercamos a la experiencia general de estar en el Quinto Reino, el reino supermental, el del Yo verdadero.

Para más pronto conseguir esta experiencia, paradójicamente debemos pasar del yo personal al verdadero Yo, viendo entonces que lo divino no solamente está en nosotros, sino en todos los seres. Va requiriendo una transformación de nuestra conciencia y una pureza de nuestros cuerpos físico y etérico.  

Os presento ahora una cita del Maestro Tibetano, y el desarrollo de la meditación que puede ayudar a que más pronto se dé esta experiencia. Como todo el conjunto es bastante largo, por lo presento en dos entradas. 

 “El centro entre las cejas, comúnmente llamado el tercer ojo, tiene una función poco común y peculiar. Como he señalado en otra parte, los estudiantes no deben confundir la glándula pineal con el tercer ojo, y aunque están relacionados, no son lo mismo
...El tercer ojo se manifiesta como resultado de la interacción vibratoria entre las fuerzas del alma que trabajan por medio de la glándula pineal, y las fuerzas de la personalidad que actúan por medio del cuerpo pituitario. Estas fuerzas negativas y positivas interaccionan, y cuando son suficientemente potentes producen la luz en la cabeza. Así como el ojo físico vino a la existencia en respuesta a la luz del sol, también el ojo espiritual vino, análogamente, en respuesta a la luz del sol espiritual. A medida que el aspirante se desarrolla se hace consciente de la luz. No sólo me refiero a la luz dentro del aspirante mismo, sino a la luz en todas las formas, velada por todas las envolturas y expresiones de la vida divina. A medida que se acrecienta su percepción de esta luz, así se desarrolla el mecanismo de la visión y viene a la existencia, en el cuerpo etérico, el mecanismo mediante el cual él ve las cosas a la luz espiritual”.
Alice A. Bailey, tratado de Magia Blanca. Pág. 161.

Para lograrlo más pronto, añadir un estado de óptima energetización etérica: respirar ampliamente, a ser posible mantener al aire libre el triángulo pránico1, comer frutas, vegetales, frutos secos, situarse en lugares aireados, suprimir tejidos acrílicos o sintéticos, contactar con la naturaleza.
Eliminar de la conciencia todo lo que signifique bloqueos o restricción del fluir de la energía: egoísmo, tristeza, depresión, ira, amargura, resentimiento, inhibición. Expresar alegría, aceptación positiva de lo que la vida trae y no se puede evitar, cultivar la actitud de servir y atender a los demás, como miembros de la gran familia, con un profundo al amor fundado en la percepción intuitiva de la Unidad.


1


 El triángulo pránico es un conjunto de tres centros menores ubicados en la espalda, por los que entra constantemente la energía etérica planetaria para vitalizar nuestro cuerpo etérico-físico. Uno de ellos está en la columna la altura entre omóplatos; otro está en la columna a la altura de la vértebra onceava, y el tercero está ubicado en el bazo etérico que tiene su correspondencia en el bazo físico. El Maestro Tibetano indica que si la humanidad tuviese la espalda totalmente desnuda, disfrutaríamos de más vitalidad, porque podría entrar este triple flujo de energía con mayor facilidad y abundancia.

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