viernes, 27 de junio de 2014

FÓRMULA PARA DISIPAR EL ESPEJISMO (Individual)



I.  Etapas Preparatorias.
1.       Reconocer el espejismo a disipar. Implica:
a.    La disposición de colaborar con el alma, en lo físico, astral y mental, a fin de ayudar en el trabajo técnico. Reflexionen sobre las implicaciones de esta frase.
b.    El reconocimiento de las diversas maneras en que este espejismo afecta a la vida diaria y a todas las relaciones.

2.       Emprender las tres etapas de enfoque anteriormente delineadas (págs. 161‑162).
a.    El enfoque de la luz de la mente y de la luz de la ma­teria en el vehículo mental. Esto se realiza por un pro­ceso de elevación, mezcla y fusión, para lo cual se emplea la actividad de la imaginación creadora.
b.    La meditación, que a su debido tiempo produce la fu­sión de la luz de la materia, la luz de la mente y la luz del alma en el plano mental.
c.     La comprensión de que estas tres luces son una sola luz unificada, un faro preparado para ser dirigido en cual­quier dirección.

3.       Reconocer dos aspectos de la etapa preparatoria:
a.    El alineamiento de la personalidad, para que los tres aspectos de la naturaleza inferior sean vistos como cons­tituyendo una personalidad funcionante.
b.    El acto de integración, donde la personalidad y el alma son vistas también como una unidad. Esto se realiza dedicando la personalidad al alma y su aceptación por ésta.

Estas dos líneas de pensamiento producen un campo de pensamiento y comprensión magnéticos en el cual se efec­túa todo el trabajo.

4.     Una pausa donde el hombre se afirma para realizar el trabajo. Después de haberse preocupado profundamente de la etapa del contacto con el alma y la preparación inicial, enfoca su atenta mente sobre el espejismo a disipar, lo cual implica tener conciencia del espejismo y de su por qué y para qué. Significa apartar la atención de la personalidad integrada con el alma y llevarla al plano astral y al espejismo particular; la atención no ha de ser dirigida al cuerpo astral del aspirante que trata de efectuar este trabajo. Esta afirmación es de gran importancia, porque al destruir el tipo peculiar de espejismo que le concierne, el aspirante o discípulo comienza a destruir la parte que le corresponde en el mismo ‑lo que hay en él y lo pone en contacto con el espejismo‑, al mismo tiempo que se prepa­ra para el servicio grupal en esa misma línea. Esta tarea no es fácil.

II. TÉCNICA o FÓRMULA.
5.    Por un acto de la imaginación creadora el trabajador se esfuerza por ver y oír al alma –la fuente de luz y poder en los tres mundosexhalando el OM dentro de la mente de la atenta personalidad expectante. Allí la luz y el poder del alma son retenidos y mantenidos por la personalidad positiva, pues no es deseable una actitud negativa.

6.    La luz y el poder retenidos, combinados con la luz dual de la personalidad (enfocada como sabemos en el plano men­tal) se ven como generando una fuerte luz que puede ser visualizada como un faro brillante e intenso. Debe ser vista como una esfera de luz brillante y vívida, pero todavía no es irradiada ni proyectada externamente.

7.    Cuando se juzga que este acto de visualización ha sido sa­tisfactoriamente realizado, sigue entonces una pausa en la cual el aspirante enfoca toda la voluntad que posee, detrás de la luz que ha creado mediante la fusión de las tres luces. Esto se refiere a la etapa de la "mente mantenida firme­mente en la luz", mencionada por Patanjali. Aunque el uso de la voluntad –la voluntad del alma‑personalidad— es dinámico, en esta etapa ha de ser pasivo, no magnético ni irradiante.

8.    Luego sigue un proceso donde el espejismo a disipar y el faro de la mente son puestos en relación con el poder del pensamiento. El espejismo y su cualidad, el faro y su poder, son reconocidos como tales, y el efecto o los efectos a pro­ducirse por medio de esta relación, son cuidadosamente analizados. Esto no debe hacerse en forma tal que los pro­cesos mentales y la luz y el poder, fortalezcan el espejismo, que de por sí es poderoso. Debe ser hecho de tal manera que, al final del proceso, el espejismo pueda ser apreciablemente debilitado y oportunamente disipado. Ésta es una realización importante.

9.    Habiendo llevado a cabo, en todo lo posible, las necesarias concentración, realización y relación, el aspirante (por un acto de voluntad y la imaginación creadora) enciende el faro y entonces debe ver un vívido haz de luz que afluye y horada el espejismo. Debe visualizar un amplio y brillante haz de luz que surge desde la mente iluminada al plano astral, y ha de creer que realmente es así.

10. Entonces viene una fase importante y difícil del trabajo, donde el trabajador nombra el espejismo y lo ve en proce­so de disiparse. Ayuda al proceso, diciendo con tensión e inaudiblemente:
El poder de la luz impide la aparición del espejismo (nombrarlo)
El poder de la luz impide que la cualidad del espejismo me afecte.
El poder de la luz destruye la vida que existe detrás del espejismo.
La pronunciación de estas tres frases constituye una afir­mación de poder y de propósito y deben ser dichas en un punto de tensión, con una mente firme y orientada positi­vamente.

11.         Se pronuncia nuevamente la Palabra Sagrada, con la in­tención de producir, lo que en lenguaje esotérico se llama un "Acto de Penetración"; entonces se ve que la luz realiza tres cosas:
a.  Un impacto definido sobre el espejismo.
b. Penetra el espejismo y es absorbida por éste.
c. Lo disipa lentamente; a medida que pasa el tiempo, el espejismo no volverá a ser tan poderoso y en su opor­tunidad desaparecerá completamente.

12. A esto le sigue un proceso de retracción en el cual el aspi­rante, consciente y deliberadamente, retira el haz de luz y se reorienta hacia el plano mental.

Debo hacer resaltar que el espejismo nunca se disipa inmediata­mente. Tiene un origen muy antiguo. Pero el empleo persistente de esta fórmula debilitará al espejismo, desvaneciéndose lenta e inevitablemente, y el hombre se liberará de tal impedimento. Qui­zás esta fórmula les parezca algo extensa, pero la he detallado a  propósito, lo más plenamente posible, para que el aspirante com­prenda con claridad lo que debe hacer. Después de la debida prác­tica y de haber seguido fielmente las condiciones requeridas, la seguirá casi automáticamente y sólo necesitará que la fórmula sea reducida al breve delineamiento,

jueves, 26 de junio de 2014

MEDITACIÓN PARA ELEVAR LA ENERGIA DEL PLEXO SOLAR AL CARDIACO.



Por tener relación con el tema que vamos a trabajar en el “Día Pleno”: sobre la “disipación del espejismo” os ofrezco ahora esta meditación con la cual aumentará mucho vuestra irradiación.

MEDITACIÓN PARA ELEVAR LA ENERGIA DEL PLEXO SOLAR AL CARDIACO.
Ahora le daré una meditación personal que le servirá, así lo espero, para elevar la vida del cuerpo astral desde el plexo solar al centro cardíaco, eliminando así algunas de las limitaciones que desaparecerán cuando el cuerpo y la fuerza astrales de sexto rayo sean trasmutados y el amor al todo ocupe el lugar del amor a la parte.

1 . Asuma mentalmente la posición del Observador.  Su mente de cuarto rayo debería permitirle observar con desapego el conflicto entre la personalidad y el alma.

2.  Perciba la tenue luz de la personalidad y la brillante radiacíón del alma; luego observe otra dualidad, es decir, la brillante y poderosa luz o influencia del plexo solar y la vacilante y fluctuante luz del centro cardíaco.

3.  Enfoque su conciencia, por el poder de la imaginación, en el alma radiante, manténgala allí firmemente, vinculando también el alma y el centro coronarlo por el poder del pensamiento.

4.  Entone el OM tres veces, exhalando la energía del alma hacia la triple personalidad, llevando y reteniendo esa energía (como reserva de fuerza) en el centro ajna.  Manténgala allí, aumentando la luz de la personalidad con la radiación del alma.

5.  Entonces diga:
"La luz del alma apaga la tenue luz de la personalidad, así como el sol hace desaparecer la llama de un pequeño fuego.  El fulgor del alma ocupa el lugar de la luz de la personalidad.  El sol sustituye a la luna".

6. Vierta definitivamente la luz y la energía del alma en el centro cardíaco, creyendo -mediante         el poder de la imaginación creadora- que evoca una actividad vibratoria tan poderosa que actúa como un imán en relación con el plexo solar.  La energía del plexo solar es elevada o    atraída hacia el centro cardíaco y allí se trasmuta en amor del alma.

7.  Manténgase como Observador, visualice el proceso contrario al anterior.  El plexo solar se apaga porque lo sustituye el brillo del corazón.  La luz del alma permanece inmutable, pero aumenta grandemente el brillo de la luz de la personalidad.

8.  Entone como alma, unida a la personalidad, siete veces el OM, exhalándole hacia su medio ambiente.

Esto, hermano mío, es más bien un ejercicio de visualización que una meditación, pero su eficacia depende de su capacidad, como observador espiritual, para conservar la continuidad mental a medida que lo realiza.  La energía sigue al pensamiento y es la base de toda práctica ocultista, y tiene primordial significación en este ejercicio.  Descubrirá que si lo practica regularmente y sin una idea establecida sobre los resultados, se producirán en su conciencia cambios duraderos y la luz del grupo será también más brillante.

jueves, 19 de junio de 2014

LA LUZ EN LA CABEZA ES EFECTO DE LA ENERGÍA RADIANTE.


El fenómeno de ver la luz en la propia cabeza es revelador del estado crecientemente radiante de los dos centros más importantes que tenemos situados en ella: el centro coronario y el del entrecejo. Cuando los siete centros de conciencia están abiertos y radiantes conforman un gran campo de luz, propio de los iniciados de 3ª iniciación, que viven en identidad con la Realidad espiritual y han experimentado  el despertar de kundalini.
No me resisto a presentaros esta larga cita del Maestro D.K. en la que habla sobre “la luz en la cabeza”.
Quienes deseéis más información la podéis obtener bajándoos gratuitamente por Internet este y otros libros, con sólo que los busquéis con la referencia de: Los libros del Maestro Tibetano.
Esta luz en la cabeza es la que mucha gente ha visto reflejada en las imágenes de los santos. El medio para acrecentar la energía en la cabeza es la práctica sistemática de la meditación para contactar e identificarse con el alma, el verdadero yo.

“El registro de la luz dentro de la periferia del cráneo está vinculado a la relación que existe entre los centros coronario y entre las cejas, es decir, entre esa zona (ubicada alrededor del cuerpo pituitario) y la que está alrededor de la glándula pineal. Como saben, el efecto vibratorio de esos dos centros puede llegar a ser tan fuerte que ambas vibraciones, o su “palpitante activi­dad rítmica”, invadan el campo de actividad del otro y establecerse un campo magnético unificado que llegue a ser tan poderoso tan brillante y pronunciado, que el discípulo podrá verlo con toda nitidez al cerrar los ojos, pudiendo percibirse y conocerse visualmente. Con el tiempo y en algunos casos puede afectar definiti­vamente al nervio óptico; despierta la parte más sutil del sentido de la vista. Entonces el hombre puede ver etéricamente y también la contra parte etérica de todas las formas tangibles.

El registro de la luz tiene también ciertas etapas definidas y se efectúa en determinados grados de desarrollo del ser hu­mano, pero es más probable que ocurra en las primeras etapas y no en las posteriores, y ellas son:
1.     Percibir una luz difusa fuera de la cabeza, delante de los ojos o sobre el hombro derecho.
2.     Percibir una luz difusa y nebulosa dentro de la cabeza, que aparentemente compenetra toda la cabeza.
3.     La concentración de esta luz difusa hasta que adquiere la apariencia de un sol radiante.
4.     La intensificación de la luz de este sol interno. En realidad es el reconocimiento de la radiación del campo magnético establecido entre el cuerpo pituitario y la glándula pineal, como expresiones de los centros coronario y ajna. Dicha radiación a veces puede ser demasiado brillante para so­portarla.
5.     La extensión de los rayos de este sol interno, primero hasta los ojos, y finalmente más allá del radio de la cabeza, de manera que (para la visión del clarividente) la aureola apa­rece alrededor de la cabeza del discípulo o aspirante.
6.     El descubrimiento de que existe en el mismo corazón de todo esto, un punto de luz azul eléctrico oscuro, que gradualmente aumenta hasta adquirir el tamaño de un círculo bastante grande. Esto ocurre cuando la luz en la cabeza irradia desde la abertura central que se halla en su cima. A través de esta abertura pueden sintetizarse las diversas energías del alma y las fuerzas de la personalidad, que afluirán al cuer­po físico por medio de los centros mayores. También cons­tituye una “puerta esotérica de salida” a través de la cual puede el alma retirar, cuando el individuo duerme, el aspecto conciencia y, en el momento de la muerte, el aspecto con­ciencia y el hilo de la vida.
…no todos los aspirantes y estudiantes de ocul­tismo ven esta luz. Verla depende de varios factores -tempera­mento, cualidad de las células físicas del cerebro, la naturaleza del trabajo o la tarea particular que se ha realizado y la extensión del campo magnético.
Los estudiantes no deberían realizar ningún esfuerzo para tratar de ver esta luz en la cabeza, pero cuando se la percibe y ve, entonces deberá ser registrada y regulada cuidadosamente”.
Psicología Esotérica II, pág.  334.

Os sugiero que elijáis alguna de las tres meditaciones que os presente y que os dediquéis a ese trabajo sistemático durante unos meses. Y como está claro que la meditación es el factor más importante para una creciente irradiación, continuaremos hablando de la meditación en general y presentando algunas meditaciones que os pueden ser de interés.




jueves, 12 de junio de 2014

IRRADIACIÓN EN LA MEDITACIÓN Y A LO LARGO DEL DÍA




Durante la meditación la masa cerebral recibe una estimulación sutil, que recibe con una frecuencia energética de ondas lenta, las ondas alfa. Cuando abrimos los ojos la luz que penetra en ellos desde los objetos externos nos afecta con ondas beta, que son de más alta frecuencia. Esto hace que al principio nos dé la impresión de que la meditación sólo es posible mientras estamos con los ojos cerrados, y que se desvanece con las distracciones exteriores en cuanto abrimos los ojos.
Es una indicación de que los contenidos de conciencia que percibimos durante la meditación no están suficientemente impresos en la conciencia cerebral. Ocurre cuando uno empieza a meditar.

En función de la concentración que se va adquiriendo durante la meditación, día tras día, la impresión cerebral es cada vez mayor, y llega el día en que somos capaces de mantenernos con la atención puesta en los contenidos de la meditación, de modo que aparezcan a criterio propio con sólo que queramos contactar con ellos. Pero además, llegamos a advertir que aunque tengamos los ojos abiertos durante la meditación, aunque sea al principio por sólo unos segundos, nos mantenemos concentrados en las experiencias que nos aporta.

Esta etapa la considero importante, porque es el comienzo de pasar de sólo meditar, a meditar como acto formal en el momento del día en que uno se ha propuesto como mejor (a ser posible es mejor elegir un momento por la mañana que por la tarde o por la noche, porque por la mañana la atmósfera mental de la ciudad esta más limpia de formas mentales distractivas, y además nos sirve para “cargar las pilas”, para emprender las tareas del día con buen ánimo), y añadiendo ahora es detenerse por unos segundos en momentos del día para volver a experimentar alguno de los contenidos logrados en la meditación y que más ayudan a revivir un estado elevado.

Se puede constatar que la humanidad cada vez está más sensible a las energías mentales, anímicas y espirituales. Cada vez más gente, al meditar, se apercibe de más experiencias positivas que le vienen durante la meditación y que corroboran que se esta alcanzando algún grado de “irradiación integral”. Hay quienes notan un estado de calma, de paz, de gozo interior; otros aprecian que como su conciencia se sitúa fácilmente arriba de la cabeza, que perciben una experiencia de silencio interior más o menos sutil o profundo; que la masa cerebral está saturada de una suave energía radiante, agradable, y que pueden proyectar o hasta percibir que se traduce en una luz en la cabeza. En otra ocasión hablaremos de los cuatro grados que toma el fenómeno de la luz en la cabeza a que se refiere el Maestro D.K.; Hay quienes constatan que se encuentran con la mente serena, clara y transparente, lo que les lleva a una identidad con su realidad original, sin necesidad de aceptar como suyo ningún pensamiento que hasta el momento le haya podido servir confundirse con él. Es una gran experiencia, porque de esta forma se va eliminando la identificación con el yo ilusorio, con el yo-idea.

Estas experiencias tan positivas que surgen al principio es bueno reconocerlas y apreciarlas, porque nos animan a seguir meditando. No siempre la meditación nos ofrece experiencias claramente destacables, en gran parte porque muchas veces nuestra distracciones pueden ser tan frecuentes que saboteen cualquier intento de éxito en el proceso de meditar. Por eso es conveniente que al comienzo de la meditación, igual que realizamos un ejercicio previo de distensión corporal y la regulación de la respiración que sea amplia y natural, también es conveniente que nos fijemos en cuáles son los problemas que están runruneando en nuestro subconsciente, problemas que tenemos que solucionar y vamos retrasando, para que mentalmente tengamos la firme disposición de darles salida. Cuando nuestra decisión mental está tomada por darle una solución, podemos emplazarlo hasta colocar algún tipo de programación, como por ejemplo diciéndose “este problema ya esta solucionado porque ya voy a comenzar a dar los pasos tal día, para que suceda”. Advertiremos que, si lo hacemos, nuestro subconsciente no nos va minar la meditación con pensamientos distractivos respecto a ello, y por tanto nos garantizamos una mejor calidad de concentración al comenzar a meditar.

A mejores meditaciones, más calidad y elevación en los momentos en que durante el día volvemos a revivir alguna de sus experiencias. Esto nos llevará a tener más momentos durante el día en que nos fijemos en el estado de meditación. De ahí pasaremos a esa etapa que viene en llamarse “estado meditativo”. Va a costar tiempo alcanzar esta etapa, y quien lo logra puede ponerse alguna medalla (que se la va a quitar en cuanto se de cuenta de que se la quiere poner el yo ilusorio).  Esta etapa significa que el estado de “irradiación integral” va perdurando a lo largo del día. Como esta etapa es más fácil que surja cuando se esta realizando una meditación que tiene como objetivo la fusión con el alma o su expresión, se puede afirmar que, cuando se logra este estado meditativo, se esta a un paso de vivir en la etapa que formalmente se denomina de “polarización mental”, es decir el momento en que se esta con la conciencia siempre en el supermental.