jueves, 30 de julio de 2015

LA IRRADIACIÓN PROPIA DE LA NUEVA ERA.



LA IRRADIACIÓN PROPIA DE LA NUEVA ERA.
Hasta ahora hemos hablado de la irradiación desde un enfoque individual, sea que hablemos del yo ilusorio o del verdadero yo, del yo personal o del anímico. Lo tomamos como lo más natural, porque percibimos la Realidad desde nuestro el acceso separativo individual. Destaca que somos pequeños seres separados.
Sí, en vez de utilizar la mente concreta para acceder a este conocimiento, desplegamos la intuición, entonces el enfoque correcto se realiza de la Unidad a la multiplicidad. La intuición percibe que la Realidad no tiene configuraciones ni límites; identificándonos con Ella, la advertimos presente dentro de la multiplicidad de formas.
El 3er ojo y el ojo de la visión no consistencia propia a las formas separadas.  Enfocando el mundo desde la Realidad espiritual tiene sentido la afirmación del Maestro DK de que “impropiamente hablamos de mi alma y tu alma, porque en realidad el alma es Una”.
Aceptamos sin problemas que somos alma y personalidad, pero de hecho es la personalidad la protagonista. La humanidad actualmente está encarando la importante etapa de lograr la fusión alma-personalidad. Esto se logra relativamente fácil cuando abrimos hacia arriba nuestra conciencia receptiva durante la meditación. Pero el objetivo es que, al realizar esta fusión en la meditación diaria, y después en otros momentos del día alargando el estado meditativo, se alcance la etapa en la que constantemente vivamos en el supermental y que, por tanto, quien se relaciona con los demás sea el alma.
Se afirma que el alma, por su natural está en profunda meditación. Esto quiere decir que ella se siente proyección pura y constante de la triple energía que la hace ser; se evidencia una corriente de energía dentro de la ardiente voluntad de Dios. La energía que la impulsa a encarnarse lo hace para que cumpla un determinado propósito, el cual es un pequeño potencial dentro del gran “Propósito que los Maestros conocen y sirven”.
Advierte que Su determinado propósito es el mismo que el que cumplen otros seres humanos en el planeta en ese momento. Por tanto son la misma corriente de energía. Y esa sintonía natural, original y profunda les lleva a una expansión de conciencia, y finalmente a sentirse un alma grupal.
La experiencia propia y característica de la Nueva Era será la experiencia de vivir como alma grupal.  El alma grupal se caracteriza por una percepción de mayor elevación de conciencia, mayor irradiación y estabilidad, y dedicación abnegada al servicio a los demás hasta en el plano físico. Aparecerá la experiencia de la relación de unas almas grupales con otras, siendo su reconocimiento vivo y evidente, telepático sobre todo.
De un modo u otro las almas, por atracción magnética, tenderán a vincularse con un alma grupal u otra; varios grupos de almas grupales constituyen un alma grupal mayor. Así es como funcionarán “los diez grupos simiente”, y en los planos superiores así es como funcionan los Ashramas, las comunidades espirituales de discípulos de los Maestros. Todos los Ashramas unidos conforman el llamado “Gran Ashrama de Sanat Kumara”, también referido como el Señor del Mundo, que es como la personalidad del Ser excelso, al que se nombra como el Logos planetario.
El ser humano de la Nueva Era no se parecerá nada a nosotros. El planeta lo podemos imaginar como un gran globo de luz, inhabitado por muchísimos pequeños globos de luz, las almas grupales; por tanto destacará por su gran irradiación. Puede que en esta encarnación no lo podamos gozar plenamente, pero como nos vamos y volvemos, seguro que en la siguiente encarnación este panorama tan maravilloso será nuestra experiencia primordial: alma grupal en constante y gran irradiación de energía.

viernes, 3 de julio de 2015

LA ETAPA ÚLTIMA, LA DEL DISCÍPULO DENTRO DEL CORAZÓN DEL MAESTRO.



LA ETAPA ÚLTIMA, LA DEL DISCÍPULO DENTRO DEL CORAZÓN DEL MAESTRO.

Hemos considerado las etapas de acercamiento gradual al Maestro, lo cual ha conllevado un aumento creciente de irradiación.
Ahora encaramos la última etapa, la descrita como la del discípulo dentro del Corazón del Maestro.

De esta 6ª etapa se afirma que en ella “el discípulo está siempre en íntimo contacto y se lo prepara definitivamente para la iniciación inmediata, o si ya la ha recibido, se le asigna un trabajo especializado. En esta etapa se lo describe como el Discípulo dentro del Corazón del Maestro".

Como el Corazón es asiento de nuestros sentimientos de amor, podemos tender a considerar que esta etapa significará una unión amorosa y profunda entre el discípulo y el Maestro. Pero aquí no se trata de eso. Para entender la afirmación de que el discípulo está en el Corazón del Maestro, es mejor que consideremos la idea de que la vida se extiende a todos los seres, como una línea de energía, el sutratma, que ancla en el corazón de todos y cada uno. El centro radiante de un ser se considera su corazón vital.

Como a partir de la 3ª Iniciación (la verdadera iniciación en la vida espiritual) se ha abandonado la tendencia a identificar la conciencia con la forma en la que se manifiesta, la evidencia en que se encuentra el discípulo es la de que sólo existe vida, de que él es esa vida expresándose sin límites. Desde entonces todo su foco de atención, su dedicación y compromiso está en relación con la Vida, el Propósito y la Voluntad de la Realidad espiritual. No hay nada y ni nadie fuera de esa Vida, Propósito y Voluntad.

Así pues, la palabra "corazón" tiene la misma significación que la Vida misma, que palpita eternamente en el corazón del universo. Dentro de esa Vida el iniciado permanece ahora conscientemente, reconociéndose como distribuidor de la vida. Este corazón de nuestro universo podemos entender que es Samballa, “el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida”. Samballa, el centro coronario de la conciencia planetaria, es el centro de máxima irradiación, y consiguientemente ejerce un efecto magnético profundo, constante y creciente sobre el conjunto de Maestros y discípulos. Esa atracción profunda magnética es lo que en los planos inferiores se traduce como profundo sentimiento de amor puro.


En la 3ª estrofa de la Gran Invocación podemos encontrar la clave para mejor entender esta última etapa del discípulo en el corazón del Maestro. En ella afirmamos: “Desde el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida, que el Propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres, el Propósito que los Maestros conocen y sirven”. Los discípulos en esos niveles no conocen con mente separativa, mente concreta, sino por intuición, el conocimiento por identidad. Los Maestros conocen por identidad el Propósito que hay en Samballa.

Quiere decir que el discípulo alcanza la capacidad especial de identificarse con la Voluntad con que se identifica al Maestro, la Voluntad planetaria, el Propósito de elevar la tasa vibracional de la conciencia humana y posteriormente de todos los reinos subhumanos.

Cuando el discípulo alcanza esta etapa, es un iniciado de alto rango y elevado grado, afirma el Maestro DK, y ha pasado a la directa relación con Cristo. Todos los seres humanos, hasta el más degradado, tenemos la capacidad innata de llegar a revelar lo que somos “la Joya en el Loto”, la Mónada o Unidad del Ser; todos seremos Maestros, porque en el fondo ya lo somos. Si aún no lo demostramos es porque estamos embadurnados y confundidos con la materia a la cual hemos descendido. Los Maestros no toman en serio nuestro yo ilusorio, sino lo que realmente somos. Nos viven en unidad con Ellos mismos, y lo demuestran con un infinito amor hacia nosotros, amor liberador y elevador.

Podemos afirmar, pues, que el corazón del Maestro es Samballa, el Propósito que da vida al Planeta, pero también el corazón del Maestro es el compromiso incansable de trabajar con amor por la elevación de la humanidad. La revelación del Corazón del Maestro se va logrando conforme aumenta la capacidad de entrega al servicio por parte del discípulo.

"El Corazón del Maestro" indica las fuentes de vida y muchas interpretaciones análogas. Hay en esta etapa, una línea directa de energía o vida entre el discípulo consciente y:
1.     El centro cardíaco del discípulo.
2.     El centro de la cabeza, denominado también cardíaco.
3.     El loto egoico, es el centro cardíaco de la vida monádica.
4.     El Maestro en el centro de Su grupo.
5.     El Cristo, que es el centro cardíaco de la Jerarquía.
6.     La vida de la mónada, que hace sentir su presencia en la tercera iniciación.
7.     El Señor de la Vida, el centro cardíaco de Shamballa.