martes, 28 de abril de 2015

Los poderes psíquicos inferiores




De ellos afirma el Maestro DK que, si no se tiene antes los poderes psíquicos superiores, es mejor no tenerlos.  El motivo está en que estos poderes tienen por referente al yo personal, separativo, y por tanto se refuerza el yo ilusorio, significando un impedimento para la evolución de la conciencia.  Hay gente de buena voluntad pero sin interés por identificarse con su alma, por ascender a la conciencia supermental. Mientras estemos en la conciencia meramente personal, no ascenderemos. En la escala evolutiva, ellos no ascienden ni lo pretenden. No piensan ni que haya de haber escala. Pueden interesarse por el subconsciente y aún el inconsciente, pero no se cuestionan por el súper subconsciente o el supraconsciente.

Es muy difícil convencer a nadie que posea alguno de estos poderes, que deje de utilizarlos, pues están convencidos de que realizan un buen servicio. En el fondo, el ejercicio de este poder les aumenta su autoestima, pues creen que gozan de dotes de conciencia que los demás no tienen. Sin embargo algunos de estos poderes síquicos eran propios de la humanidad Atlante y gozaban de ellos toda la raza humana.  Con el uso creciente de la mente quedaron dormidos o latentes. Muchos poderes síquicos inferiores denotan que la conciencia se mantiene preferentemente en el plano astral y su cuerpo astral tiene una característica especialmente impresionable o pasiva; como si dijéramos, son cuerpos que no tienen piel y están abiertos a muchos impactos que los demás ya no tienen.

Clarividencia.
El Maestro DK requiere que los curadores esotéricos vuelvan a alcanzar la clarividencia. Por su medio pueden ver desarreglos en los cuerpos sutiles del paciente y su efecto como enfermedad en el cuerpo físico. Esta clarividencia la podremos volver a lograr cuando vivamos como almas y tengamos pureza de vida y olvido de nosotros mismos, dando preferencia a atender a la necesidad de los demás.

Precognición.
Con esta facultad se puede conocer las cosas que van a suceder. La teoría subyacente está en que todo lo que ocurre en el plano físico es resultado de fuerzas que previamente están afectando a los planos sutiles. De este modo personas que pueden moverse por medio de sus cuerpos sutiles, sobre todo el astral, por el plano correspondiente, pueden apreciar sucesos que en su momento bajarán al nivel físico.  El Maestro nos indica que debemos ser muy cautos en el pensar y el hablar, porque todo lo sutil finalmente se precipitan plano físico. Las palabras ociosas, me chocó leer, afirma que crían mosquitos.

Telepatía.                
Es mäs frecuente entre personas que se tienen mucho amor y poseen mucha afinidad. El Maestro también requiere que cultivemos la telepatía, que es una facultad ya olvidada. Nos ha ofrecido el manual para trabajarla que se titula: “Telepatía y el vehículo etérico”. De esta forma los discípulos podrán comunicarse siempre que lo necesiten para así coordinar mejor el servicio.
Retrocognición.
Es el conocimiento de hechos pasados en otras vidas.  Aunque se refiere que el acceso a los registros akásicos es una capacidad del alma, parece ser que algunas personas tienen esa capacidad sin haber alcanzado el nivel supermental. Sin embargo el Maestro previene de que es muy difícil entonces tener ninguna certeza de que lo que se percibe sea cierto, ni menos cuando se presenta lujo de detalles.

Telequinesia.
Es la facultad de mover objetos a distancia. Probablemente se realice por la fuerza del poder mental.

Levitación.
Es la capacidad de generar una fuerza superior a la gravedad. Suele ser fruto del poder sobre el propio cuerpo etérico, cuando se ha conseguido gran ligereza radiante como fruto de una fuerte concentración.

Bilocación.
Es la capacidad de una persona de estar al mismo tiempo en dos lugares.  Es más probable cuando se trata de una bilocación sólo con los cuerpos sutiles, que otros que tienen percepción sutil son capaces de testimoniar. En muchas ocasiones esto ocurre gracias a un potente afán por servir a alguna persona en una situación concreta.
Es la capacidad de conseguir información de personas que han tocado o manoseado algún objeto físico, al cual le han proyectado sus vibraciones. Muchas personas, aunque no tienen psicometría, son capaces de sufrir las consecuencias de malas vibraciones que han dejado otras personas en objetos que se encuentran en casas de antigüedades.

Psicografía o escritura automática: texto escrito sin pensamiento consciente. Esta facultad suele ser bastante frecuente. Podemos considerar que pertenece este caso el movimiento de la ouija.

Proyección astral o proyección mental: experiencia extracorporal donde el "cuerpo astral" se separa del cuerpo físico para moverse conscientemente en tal plano. También es esta una facultad que sugiere el Maestro que tratemos de lograr, y refiere que es corriente entre discípulos, los cuales pueden reunirse con la frecuencia convenida en un punto determinado del planeta. Algunos lo pueden conseguir fácilmente con sólo lograr una relajación profunda y un deseo de salir del cuerpo para realizar alguna gestión concreta.

Mediumnidad: capacidad para ser vehículo de comunicación de entidades desencarnadas. A principios del siglo pasado parece que atraía mucho reunirse en torno a un médium para contactar con algún espíritu desencarnado. La mediumnidad también es bastante frecuente. Se afirma que quienes se ofrecen como medio para esas entidades, cada vez tienen menos integridad personal.

Radiestesia: habilidad para localizar objetos. Todos conocemos a algún zahorí o a alguien que lo conoce.

Intangibilidad: es la capacidad de atravesar la materia sólida, haciendo al sujeto prácticamente invulnerable a cualquier cosa.

Invisibilidad.
Es relativamente fácil para quienes capaz de abstraerse de sus propios cuerpos sutiles, sobre todo del astral y el etérico.

miércoles, 15 de abril de 2015

LOS PODERES SÍQUICOS SUPERIORES

LOS PODERES SÍQUICOS SUPERIORES Se les califica de superiores porque se obtienen al alcanzar la conciencia supermental, cuando se vive como alma. Esto quiere decir que el chacra coronario está abierto, y que el flujo constante y radiante de sus energías está afectando a la glándula pineal, que con su desarrollo permite que aparezca en la conciencia cerebral la percepción de la realidad anímica y espiritual. Son capacidades inherentes al alma. Las debemos desarrollar sí queremos desempañar nuestra parte en la necesidad del mundo. Son las siguientes:

1 Respuesta intuitiva a las ideas. Responder a las ideas es algo más que percibirlas. Hay respuesta cuando traducimos las ideas a pensamientos iluminados, pero hay mejor respuesta cuando nuestra propia conciencia anímico-personal es quiere adecuarse a la visión y valores que las ideas ofrecen. Toda la personalidad debe ser buena respuesta; no debe haber resistencia personal a ser reflejo fiel de la verdad que la idea presenta.

2 Sensibilidad a la impresión de algún Maestro que trata de plasmarla en la mente de un discípulo. Debemos distinguir entre la impresión que produce en nuestra conciencia superior el Maestro, de la de una idea. La impresión del Maestro es mucho más elevada; es monádica o logoica. Indica que debes sentirte especialmente concernido por la energía que te envía. Es una encomienda particular atinada a la necesidad a satisfacer, por tanto la debe reconocer y secundar.

3 Rápida respuesta a la verdadera necesidad captada por el conocimiento del corazón. El corazón está especialmente sensible a las necesidades de la conciencia. En el mundo estamos, no para hacer cosas, sino para relacionarlos con ellas para la evolución de la conciencia. El ámbito de la necesidad lo señala la conciencia, no las cosas. El corazón está sensible a la zona profunda de la conciencia de los demás, y capta cual es la necesidad que tal conciencia tiene. Esto señala: capacidad para percibir la necesidad, decisión de responder, y de responder rápidamente.

4 Observación correcta de la realidad en el plano del alma, que lleva a la correcta percepción mental, liberarse de la ilusión y espejismos, y a la iluminación cerebral. Hasta ahora para la humanidad era real lo que se percibía por medio de los cinco sentidos y captamos la mente concreta, pero ahora vemos por medio de la meditació que nos permite elevarnos a los planos superiores, que el mundo real es el de las energías y sus calidades, y el ámbito que se percibe es el ámbito supermental, el plano del alma. Las corrientes de energía cuando inciden en la materia crean formas concretas que nosotros aislamos y tomamos como cosas. Esta es la ilusión: detrás de la apariencia sólo existe la energía que la sostiene; si eliminamos dicha energía la apariencia desaparece. Y el espejismo consiste en reaccionar emocionalmente a la apariencia que tomamos como realidad consistente. Esta percepción de lo real nos viene por la iluminación de la conciencia cerebral.

 5 Manejo correcto de las fuerzas, comprendiendo sus tipos y cualidades, su correcto y creador entrelazamiento con el servicio externo. El Maestro DK ha sido el primero en enseñarnos las siete diferentes energías que propician, con sus juegos de interacciones, mezclas y fusiones, la aparición de todos los seres en el planeta, y particularmente la riqueza de nuestros contenidos humanos psíquicos y mentales.

Para acoger y sentir cada una de ellas (llamadas Rayos en terminología esotérica) poseemos los siete chakras.
La energía del 1er Rayo es la de la voluntad. Su chacra es el coronario.
La energía de 2º rayo es la de amor. Su chacra es el del corazón.
La del 3er rayo es la de la inteligencia. Su chacra es el de la garganta.
La del 4º, la de “armonía a través del conflicto”. Su chacra es el del entrecejo.
La 5ª, es la de la ciencia concreta. Su chacra es el del sacro.
La 6ª es la de la devoción a un ideal. Su chacra es el del plexo solar
La 7ª es la de la ritualización o ceremonial. Su chacra es el de la base de la columna.

Aparte está la especial capacidad que cada individuo tiene por manejarse según unos u otros rayos, lo que constituye la llamada “fórmula de rayos”. Cada uno de nuestros cuerpos puede acoger con mayor poder y sensibilidad alguno de ellos. Por ejemplo lo más frecuente es que el cuerpo mental esté calificado por el rayo 1º, 3º, 4º, 5º o 7º. El cuerpo astral suele caracterizarse por los rayos pares. El cuerpo etérico generalmente está afectado por los rayos 3º y 7º. Además la conciencia personal puede estar calificada por cualquiera de los 7 rayos. Igual el alma, también está caracterizada por ún rayo. También debemos tener en cuenta los rayos que caracterizaron la fórmula de la encarnación anterior, fusionan en esta como subrayos; quiere decir, que la personalidad se maneja con mayor facilidad con las capacitaciones de los rayos que trabajó anteriormente. Esta es la base de la actual psicología esotérica. Hasta ahora la psicología ha vivido de espaldas a los dos factores más importantes que nos califican ignorándolos totalmente: la conciencia del alma y la de los rayos básicos constitutivos.
Aquí se afirma que el discípulo debe tener sensibilidad suficiente para reconocer las calidades que afectan a cualquier interlocutor para comprenderlo mejor y ayudarle.

6 Comprensión real del factor tiempo con su flujo y reflujo cíclico, que se logra mediante la paciente espera y sin apresurarse. Este tiempo nos el tiempo astronómico; sino el tiempo vertical. Significa tener sabiduría para determinar el momento en que una energía debe ser aplicada. A veces la eficacia deriva de la paciente espera. Por ejemplo, Cristo está ya con nosotros en cuerpo físico desde el año 1977 con la intención de darse a conocer a todo lo humanidad. Sin embargo el tiempo oportuno de que todavía no ha llegado, y está en paciente espera a que la humanidad termine sus interminables dilaciones.

7 La polarización mental expresada por la vida de meditación y el control del cuerpo astral, viviendo internamente cada vez más en el plano mental. Es vivir una actitud meditativa constante todo el día, con una orientación continua hacia la vida y su manejo desde el alma.

jueves, 9 de abril de 2015

ETAPA IV DEL DISCIPULADO: LA DEL DISCÍPULO EN EL SUTRATMA O HILO.




De esta etapa afirma el Maestro DK que es aquella “en que se le enseña al discípulo (en casos de emergencia) la forma de llamar la atención del Maestro. Tiene el nombre peculiar de Discípulo que está en el Sutratma o Hilo" (se llama sutratma al hilo de la vida, al continuo de energía vital entre la Realidad divina y cualquier ser manifestado. Sentirse consciente de ser ese continuo es propio de los seres realizados; se alcanza la evidencia de ser a un tiempo ser limitado y ser divino).

“El sutratma conduce desde la Jerarquía y un punto de tensión en Ella hasta lugares distantes, innumerables planos e incontables corazones. Permite volver a su centro de trabajo y llegar en el momento deseado al "Maestro de su vida". Esto quiere decir que en esta etapa está implicada la sensibilidad psíquica más elevada. 

Se entrevé, por lo lo que afirma el Maestro en este párrafo, que el discípulo ha alcanzado un nivel en el que los planos subjetivos son elevados y amplios, y reconoce las calidades de energías, tanto positivas como negativas, y puede manejarlas con creciente destreza. Su campo de acción y servicio es mucho mayor, en gran parte subjetivo, y por tanto puede enfrentarse a situaciones que tiene que resolver y le pueden desbordar. Es entonces cuando se le concede el privilegio de pedir ayuda al Maestro.

Conforme progresamos y ascendemos, el tema de la sensibilidad resulta cada vez más importante. Afirma que los discípulos tienen que llegar a ser psíquicos, tanto de poderes inferiores como superiores. A todos nos gustaría tener poderes síquicos. Y lo que suele constatarse es que a atraen los inferiores, y no se valora como poderes psíquicos superiores, ni atraen los que menciona el Maestro DK. 

El afirma que debemos impedir que se nos manifiesten los poderes inferiores, hasta tanto no estén activas las facultades psíquicas superiores. Dice que al principio es mejor no poseer las facultades inferiores, que poseerlas. Podemos comprenderlo: nuestro progreso está en que nuestra conciencia se identifique con el verdadero yo, el yo supermental, el alma; pero suele ocurrir que, cuando se activan los poderes inferiores, se refuerza la conciencia personal, lo cual dificulta mucho lograr “el olvido de sí mismo”. Porque lo que define que un poder psíquico sea inferior es que sea una facultad que usa la personalidad.

Hoy moviliza tanta energía la Jerarquía, que muchas facultades psíquicas que estaban dormidas desde tiempos atlantes vuelven a despertar. El mundo, dice, está entrando en fase de extrema sensibilidad.

Un poder psíquico inferior que se irá generalizando es el de la visión astral y el movimiento de la conciencia por su plano. Esto significará una gran revolución para la Humanidad, porque con el astralismo consciente desaparecerá rápido el velo entre lo visible y lo invisible. Sólo con esto, la muerte habrá desaparecido. Con los muertos se podrá contactar fácilmente, y se verá que están tan vivos como nosotros, cuando nosotros podamos abstraernos y ascender al plano meramente astral donde ellos en su mayoría están.

Pero esto producirá también un período de gran confusión, porque la gente no sabrá distinguir e interpretar los fenómenos que percibe en el astral. Será difícil comprender que los seres y cosas con que van a contactar son espejismo; que en realidad no existen, fuera de los seres humanos desencarnados o que vuelven a encarnar. Por tanto estos discípulos realizaran una gran tarea, cuando, con sus poderes psíquicos superiores trasmitan la nueva visión de la realidad sutil y clarifiquen a la Humanidad cómo moverse en las nuevas dimensiones.

Así que el discípulo en esta etapa goza de los poderes psíquicos superiores e inferiores. Y el Maestro nos señala cuáles son los requisitos que debe cumplir el discípulo para manejarse bien con sus poderes. Refiere cuatro requisitos:
1. Que al practicarlos no haya excesivo auto interés, descontrolando sus pensamientos y aspiraciones.
2. Trabajar impersonalmente: que sus sentimientos y pensamientos no sean factores controladores, sino que solamente cuente el bien del grupo.
3. Sentido de proporción en su trabajo; no fijarse en cuanto contribuye él en el trabajo del Maestro, sino en la tarea misma y la oportunidad que se le ha dado de realizarla.
4. Vivir en dos planos al mismo tiempo, el superior y el personal. Y para ello, afirma, es preciso mantener su punto de tensión espiritual (la conciencia atendiendo a la evidencia más alta), al tiempo que se trabaja en el aquí y ahora. Si sólo trabaja enfocado en su personalidad, el punto de tensión espiritual se le escapará. El discípulo debe cumplir estos requisitos antes de enseñársele cómo llegar al Maestro a voluntad.

Llamar la atención del Maestro se concede cuando se confía en que el discípulo utilizará ese privilegio únicamente para propósitos de servicio grupal y nunca para sí.  No importa lo que está haciendo el Maestro ni cuál es Su preocupación, debe responder porque al discípulo se le confiere hacerlo cuando lo demanda una emergencia. El discípulo queda totalmente inhibido cuando no debe emitir el llamado -inhibición que surge de él mismo, no la impone el Maestro-; ni lo desea ni lo hace si tiene alguna duda en su mente. Si se aclama, lo hace por clara percepción intuitiva, y es un acto de la voluntad espiritual.

Este concepto del discípulo en el sutratma o hilo, subyace en las distorsionadas enseñanzas sobre las prerrogativas y privilegios del sacerdocio y la relación del Papa con Dios, o de los "elegidos" con la Deidad. El discípulo en el sutratma y el Maestro y Su Ashrama constituyen ese ideal latente e insatisfecho, que la conciencia eclesiástica interpreta como que es la Iglesia. Cuando se erija la venidera religión mundial alrededor del trabajo y de la actividad de los discípulos mundiales y conocedores, entonces veremos correctamente interpretados y realmente expresados estos símbolos, denominados "derechos y prerrogativas del sacerdocio".

En la próxima entrada reflexionaremos con detalle sobre cuáles son los poderes psíquicos superiores, y recordaremos algunos de los inferiores.







jueves, 2 de abril de 2015

ETAPA III. DISCIPULADO ACEPTADO.




En esta etapa el Discipulado consiste en establecer contacto con el Maestro; la tarea del Maestro es evocar respuesta directa y reacción consciente en el discípulo. Los contactos que se realizan en el sendero del discipulado aceptado son:
El contacto directo con el Maestro en la meditación.
Una entrevista en el Ashrama de un Maestro.

El discípulo ya tiene claro que es alma-personalidad,  en una sola conciencia. Se mantiene constantemente en el supermental, en la conciencia anímica. Es allí donde adquiere la evidencia de que no separatividad, de que todas las almas son una y que su expansión consiste en preocuparse por la elevación de la conciencia de todos los demás. Su nota clave es demostrar el amor por el servicio. Esta en identidad de vivencia con el Ashrama y el Maestro. Se le considera un discípulo aceptado para servir. La conciencia personal percibir separatividad por medio de los sentidos físicos y la mente concreta o separativa, pero la conciencia superior prohíbe todo como expresión de la mayúscula unidad. Por tanto se encuentra constantemente en un clima de interrogantes que de algún modo frenan su arrojo para servir.

La tarea del Maestro es sugerir o introducir en la mente del discípulo un interrogante que justifique su reflexión y luego estimular la mente abstracta, superior o intuitiva, para que pueda responder exitosamente. Los discípulos progresan respondiendo a sus propias preguntas;

En el ashrama o grupo de un Maestro la reacción a las preguntas recibidas por un discípulo o por todo el grupo, y las respuestas, producen un efecto que condiciona al grupo. Aquí entra en juego el trabajo especial del Maestro -incitar al Ashrama a formular las preguntas que traerán la revelación.

Es así como el Maestro imparte continua enseñanza y ofrece acrecentada oportunidad de servir. Su tarea principal es ayudarlos a apartarse del aspecto forma de la vida, del mundo separativo de las sensaciones y de la mente concreta,  y a capacitarse para ciertas grandes expansiones de conciencia que llegan por la meditación orientada hacia la Realidad espiritual.  Acepta la responsabilidad de prepararlos para la iniciación. Vigila cuidadosamente su nota o vibración, e indica los cambios a hacer en actitud y expresión, donde intensificar la vida espiritual y donde los reajustes de la personalidad conducirán a mayor libertad y servicio más eficiente.

Una tarea del discípulo aceptado consiste en ayudar a interpretar, dirigir e indicar al neófito la significación de la experiencia.

El Maestro también espera un esfuerzo de Sus discípulos y, a fin de trabajar en escala mayor en el mundo, les permite trabajar como desean; espera el esfuerzo en las líneas de la actividad de Su intención. El Maestro busca a quienes se consagran a las necesidades de la humanidad; implica sensibilidad al dolor mundial, también "divina indiferencia" a los acontecimientos externos del pequeño yo, y un sentido de proporción que permita ver sus pequeños asuntos personales -físicos, emocionales y mentales- en términos de la totalidad.

Como el discípulo deja de considerar importante el mundo de las apariencias sensoriales, y advierte que el mundo de la Realidad existe antes de presencializarse bajo ninguna forma, cuando quiere contactar con la realidad del Maestro no se interesa por conocer cuál es su figura, la forma de su cuerpo, porque esto no es más que la periferia de la Realidad. El Maestro es un exponente puro de la Realidad espiritual, así que la percepción que quiere tener del Maestro es más bien como un punto radiante de constante evidencia de la Realidad que impresiona su mente abstracta, su alma.  

Además el discípulo sabe que ha de eliminar todo lo que obstruye el fluir de la energía hacia los demás para el servicio, y que crea resistencias para la mejor percepción de la Realidad supramental. Está trabajando por la pureza de vida y el olvido de sí mismo, que entiende que el Maestro posee en grado sumo. De esta forma se acerca a la eliminación de toda separación entre el y el Maestro. Va eliminando todo tipo de autoconciencia para abrirse a la percepción de ser la conciencia omnincluyente, primero de la humanidad y después de todo el planeta.

El servicio hacia los demás se realiza por amor. El amor nunca se inicia en la naturaleza inferior; es una afluencia libre e ininterrumpida desde la naturaleza superior, desde la unidad con todos que como alma ve evidente.  El amor es espontáneo y contiene siempre el libre espíritu crístico.
La recomendación del Maestro DK es que debemos dejar de acentuar la voluntad de amar y si acentuar en nuestra propia conciencia la necesidad que los demás tienen de nuestra compasión, comprensión, interés y ayuda. El clamor del discípulo es: "Ayuden en el trabajo. Olvídense de sí mismos. El mundo los necesita". Tantos discípulos están aún encerrados dentro de sí mismos y ocultos detrás del muro del yo personal, que muy poco amor verdadero fluye externamente.