jueves, 9 de abril de 2015

ETAPA IV DEL DISCIPULADO: LA DEL DISCÍPULO EN EL SUTRATMA O HILO.




De esta etapa afirma el Maestro DK que es aquella “en que se le enseña al discípulo (en casos de emergencia) la forma de llamar la atención del Maestro. Tiene el nombre peculiar de Discípulo que está en el Sutratma o Hilo" (se llama sutratma al hilo de la vida, al continuo de energía vital entre la Realidad divina y cualquier ser manifestado. Sentirse consciente de ser ese continuo es propio de los seres realizados; se alcanza la evidencia de ser a un tiempo ser limitado y ser divino).

“El sutratma conduce desde la Jerarquía y un punto de tensión en Ella hasta lugares distantes, innumerables planos e incontables corazones. Permite volver a su centro de trabajo y llegar en el momento deseado al "Maestro de su vida". Esto quiere decir que en esta etapa está implicada la sensibilidad psíquica más elevada. 

Se entrevé, por lo lo que afirma el Maestro en este párrafo, que el discípulo ha alcanzado un nivel en el que los planos subjetivos son elevados y amplios, y reconoce las calidades de energías, tanto positivas como negativas, y puede manejarlas con creciente destreza. Su campo de acción y servicio es mucho mayor, en gran parte subjetivo, y por tanto puede enfrentarse a situaciones que tiene que resolver y le pueden desbordar. Es entonces cuando se le concede el privilegio de pedir ayuda al Maestro.

Conforme progresamos y ascendemos, el tema de la sensibilidad resulta cada vez más importante. Afirma que los discípulos tienen que llegar a ser psíquicos, tanto de poderes inferiores como superiores. A todos nos gustaría tener poderes síquicos. Y lo que suele constatarse es que a atraen los inferiores, y no se valora como poderes psíquicos superiores, ni atraen los que menciona el Maestro DK. 

El afirma que debemos impedir que se nos manifiesten los poderes inferiores, hasta tanto no estén activas las facultades psíquicas superiores. Dice que al principio es mejor no poseer las facultades inferiores, que poseerlas. Podemos comprenderlo: nuestro progreso está en que nuestra conciencia se identifique con el verdadero yo, el yo supermental, el alma; pero suele ocurrir que, cuando se activan los poderes inferiores, se refuerza la conciencia personal, lo cual dificulta mucho lograr “el olvido de sí mismo”. Porque lo que define que un poder psíquico sea inferior es que sea una facultad que usa la personalidad.

Hoy moviliza tanta energía la Jerarquía, que muchas facultades psíquicas que estaban dormidas desde tiempos atlantes vuelven a despertar. El mundo, dice, está entrando en fase de extrema sensibilidad.

Un poder psíquico inferior que se irá generalizando es el de la visión astral y el movimiento de la conciencia por su plano. Esto significará una gran revolución para la Humanidad, porque con el astralismo consciente desaparecerá rápido el velo entre lo visible y lo invisible. Sólo con esto, la muerte habrá desaparecido. Con los muertos se podrá contactar fácilmente, y se verá que están tan vivos como nosotros, cuando nosotros podamos abstraernos y ascender al plano meramente astral donde ellos en su mayoría están.

Pero esto producirá también un período de gran confusión, porque la gente no sabrá distinguir e interpretar los fenómenos que percibe en el astral. Será difícil comprender que los seres y cosas con que van a contactar son espejismo; que en realidad no existen, fuera de los seres humanos desencarnados o que vuelven a encarnar. Por tanto estos discípulos realizaran una gran tarea, cuando, con sus poderes psíquicos superiores trasmitan la nueva visión de la realidad sutil y clarifiquen a la Humanidad cómo moverse en las nuevas dimensiones.

Así que el discípulo en esta etapa goza de los poderes psíquicos superiores e inferiores. Y el Maestro nos señala cuáles son los requisitos que debe cumplir el discípulo para manejarse bien con sus poderes. Refiere cuatro requisitos:
1. Que al practicarlos no haya excesivo auto interés, descontrolando sus pensamientos y aspiraciones.
2. Trabajar impersonalmente: que sus sentimientos y pensamientos no sean factores controladores, sino que solamente cuente el bien del grupo.
3. Sentido de proporción en su trabajo; no fijarse en cuanto contribuye él en el trabajo del Maestro, sino en la tarea misma y la oportunidad que se le ha dado de realizarla.
4. Vivir en dos planos al mismo tiempo, el superior y el personal. Y para ello, afirma, es preciso mantener su punto de tensión espiritual (la conciencia atendiendo a la evidencia más alta), al tiempo que se trabaja en el aquí y ahora. Si sólo trabaja enfocado en su personalidad, el punto de tensión espiritual se le escapará. El discípulo debe cumplir estos requisitos antes de enseñársele cómo llegar al Maestro a voluntad.

Llamar la atención del Maestro se concede cuando se confía en que el discípulo utilizará ese privilegio únicamente para propósitos de servicio grupal y nunca para sí.  No importa lo que está haciendo el Maestro ni cuál es Su preocupación, debe responder porque al discípulo se le confiere hacerlo cuando lo demanda una emergencia. El discípulo queda totalmente inhibido cuando no debe emitir el llamado -inhibición que surge de él mismo, no la impone el Maestro-; ni lo desea ni lo hace si tiene alguna duda en su mente. Si se aclama, lo hace por clara percepción intuitiva, y es un acto de la voluntad espiritual.

Este concepto del discípulo en el sutratma o hilo, subyace en las distorsionadas enseñanzas sobre las prerrogativas y privilegios del sacerdocio y la relación del Papa con Dios, o de los "elegidos" con la Deidad. El discípulo en el sutratma y el Maestro y Su Ashrama constituyen ese ideal latente e insatisfecho, que la conciencia eclesiástica interpreta como que es la Iglesia. Cuando se erija la venidera religión mundial alrededor del trabajo y de la actividad de los discípulos mundiales y conocedores, entonces veremos correctamente interpretados y realmente expresados estos símbolos, denominados "derechos y prerrogativas del sacerdocio".

En la próxima entrada reflexionaremos con detalle sobre cuáles son los poderes psíquicos superiores, y recordaremos algunos de los inferiores.







No hay comentarios:

Publicar un comentario