De los diez grupos simientes el
tercero se denomina “curadores
esotéricos”.
El Maestro D.K. presenta dos
afirmaciones que pueden sorprendernos: el
cuerpo físico es perfecto. Por tanto la enfermedad es un resultado del mal
funcionamiento de las energías que le llegan, sea por obstáculos habidos en el
cuerpo mental o en el de las emociones. Con
sólo las energías sutiles que utiliza el curador se puede recuperar la salud y
regenerar los órganos enfermos.
El libro “La curación esotérica”
escrito telepáticamente por Alice A. Bailéy, nos presenta las diez leyes de
curación, y las seis reglas que debe secundar el curador esotérico. Este libro os lo podéis bajar gratuitamente
por Internet. Lo propio de los manuales del Maestro DK consiste en que habla
por insinuaciones y analogías, fácilmente reconocibles por las personas esotéricamente
cultivadas, y en que requieren la elevación suficiente para movilizar elevada
energía para curar. Esta energía la encontramos disponible en los planos del
alma y superiores. Un mero conocimiento mental-memorístico no es suficiente, y
lo ás probable es que, quien se acerque con sólo esta capacidad, desista de leer
hasta el final.
Las ideas centrales que expresan estas leyes de curación son las
siguientes:
1. La enfermedad viene porque no
fluye bien la energía del alma.
2. Toda enfermedad es
consecuencia de nuestras acciones. Toda enfermedad es kármica.
3. Tiene que ver con el foco
inadecuado y persistente de nuestro atento interés.
4. Ocurre porque no nos enfocamos
bien respecto a lo bueno, lo bello y lo verdadero.
5. Es debida a la lucha entre las
energías y las fuerzas, o las fuerzas entre sí.
6. Sucede por la calidad
involutiva de la sustancia con que nos movemos en la vida.
7. No hay enfermedad si fluye
bien la energía de chakra a glándula correspondiente.
8. La muerte no es solución
negativa para la conciencia personal.
9. Hay salud cuando se practica
la inofensividad positiva.
10. La muerte es triunfal, al
conseguir la máxima pureza en los cuerpos sutiles.
Una idea natural que nos suele
extrañar es la de que el cuerpo físico
no necesitará fármacos para su recuperación. Se entiende más fácil, si consideramos
que la energía que promueve la
encarnación física, tiene igual poder para rehabilitar los órganos enfermos.
De ahí una de las condiciones básicas para la curación esotérica: el paciente debe descubrir cuál es el
problema que le ha producido la enfermedad, debe iniciar una reorientación en sus
actitudes y practicarla consistentemente. Con esta reorientación el
paciente se asegura de nuevo el correcto fluir de la energía del alma, que es caudal
de conciencia correcta, con que se recobrará la salud.
La función del curador consiste en conectar con su alma y el alma
grupal que componen quienes con él se han comprometido a este trabajo, para conseguir intuición y energía con que
realizar la curación.
El cometido del curador (que
sigue un ritual para asegurarse los contactos y la energía, en función del problema
psíquico o mental que le muestra el paciente), consiste en determinar la relación del órgano enfermo con la glándula del foco de
energías que activa la zona determinada del cuerpo físico donde está el órgano.
Según el nivel evolutivo del
paciente utiliza un método u otro de curación, decidiendo si su tarea ha de ser
la de enviar energías porque hay déficit, o de absorberlas, porque haya en
exceso, quizá porque el egoísmo del enfermo ha podido impedir que fluya
correctamente su energía a los demás.
La energía lo es cuando fluye: todo
es energía y nosotros somos un conjunto complejo de energías. Fluye la energía a través de nosotros,
cuando amamos a los demás. Por eso se afirma que el amor es el medio y método básico de curación. Como hay siete
clases de energía (los llamados siete rayos), el curador ha de descubrir cuál sea
el tipo de energía que ha afectado el paciente por su problema. Esa energía será
la que haya de movilizar el curador. Pero actualmente este trabajo se especialmente
sensible y complejo, y el Maestro sugiere que actualmente el curador cure sólo con
la energía de amor.
Predice el Maestro que este tipo
de curación se generalizará dentro de unos pocos siglos en toda la humanidad,
cuando alcancemos a percibir el cuerpo etérico y la correspondencia entre flujo
de energías y su efecto positivo o negativo en el cuerpo físico. A su vez se percibirá claramente en que los fluidos etéricos
están condicionados por nuestro pensar y sentir. Se estudiará la curación
esotérica las universidades y, como la Humanidad irá aumentando su pureza de
vida, la medicina tenderá a ser preventiva
en mayor medida cada vez.
Igual que ahora se realizan
terapias de grupo, la curación se producirá en general de forma grupal: grupos
de curadores a grupos de pacientes, quizás en función de las mismas
sintomatología y problemática psico-mental personal que padezcan.
La muerte no será consecuencia de enfermedades que ya no se pueden
soportar, sino el final de un ciclo, cual es una encarnación, entendiendo la
encarnación actual como eslabón entre la serie pasada y la serie siguiente de
encarnaciones que un verdadero yo
utiliza para revelar lo divino, y se utilizar la triple materia (mental, astral
y etérica) en que estamos inmersos. Al
haber entonces comunicación telepática, continuaremos en contacto con quienes
han dejado el cuerpo físico. Por tanto la
muerte habrá terminado para siempre de ser un punto final, un punto fatal.
Un repaso del cometido de los grupos
simiente considerados anteriormente, lo podéis encontrar acudiendo al blog:
www:
irradiacionintegral.blogspot.com.es/