viernes, 27 de marzo de 2015

ETAPA II DEL DISCIPULADO. EL DISCÍPULO QUE ESTÁ EN LA LUZ




Consideramos en la entrada anterior la primera etapa, la etapa del Discipulado primario; también llamada la del discípulo en probación o probacionista. En la segunda etapa el Maestro DK considera al “discípulo que está en la luz”.

En esta etapa el probacionista se ocupa de vencer el espejismo y corregir la visión distorsionada y miope. Recordemos que estamos sometidos constantemente a tres factores de error: la ilusión, el espejismo y maya. La ilusión consiste en dar carácter de realidad a los conceptos que forja la propia mente, derivados de la interpretación del mundo de las apariencias; el espejismo es la apuesta emocional -el conjunto de deseos-emociones y sentimientos que movilizamos en torno al realismo que damos a lo ilusorio; y maya es el conjunto de acciones que realizamos entorno a nuestras ilusiones y espejismos para propiciar su consecución o experiencia.
Como el Maestro parte de la evidencia de que la Realidad esta antes de toda manifestación o apariencia y no está condicionada por ella, quiere que el discípulo no se confunda, moviéndose en pos de deseos o ilusiones. El espejismo de la ilusión lo corregirá con el desarrollo de la intuición o conocimientos supermental, convirtiendo el deseo de una ardiente aspiración por lo superior.
Para los Maestros el plano astral no existe. Está vacío de entidades concretas. Debe saltarse ese plano, en pos de los planos abstractos e influyentes. Por eso lo que percibe la intuición en ellos es la revelación de lo que somos y hasta ahora ignorábamos. Un día se nos revelará la afirmación de que “el alma es tu verdadero maestro”; esto es así porque nos llegará la revelación de que “el alma es la Mónada misma”: si la Realidad espiritual es Una, nos ha de llegar la evidencia de que nosotros somos Ella.
El discípulo es cuidado y guiado por alguien que aún está sujeto al espejismo, pero ya es consciente de la naturaleza efímera del plano astral.
Los discípulos avanzados de los Maestros que aceptan discípulos están excesivamente ocupados entrenando aspirantes, y dedicados a la grave crisis mundial. Los entrenados constituyen el núcleo de futuros servidores del mundo.

La tarea es de tres categorías y consisten en el establecimiento de:
1.     Las influencias magnéticas (el magnetismo es resultado de la irradiación).
2.     La relación telepática (La telepatía permite la comunicación directa) .
3.     Los básicos reajustes kármicos (para liberarnos de relaciones auto referidas y así podernos dar totalmente a los demás en servicio, porque los demás son parte nuestra, debido a la inclusividad que aparece con la intuición).

La primera tarea consiste en comprender la naturaleza del aspirante del cual se ha hecho responsable y establecer la zona o sendero de influencia, por cuyo medio comunicarse con el aspirante. Saber sus potenciales, sus cualidades básicas o “rayos” y como se desenvuelve con ellos, y establecer sobre qué campo de su riqueza psico-mental sugerirle que se trabaje.

Los grupos de discípulos deben estar en relación telepática y proporcionar campo de entrenamiento para este tipo de sensibilidad. Recordemos que el Maestro DK nos ha dado un manual para aprender a trabajar la telepatía: “Telepatía y el vehículo etérico” -que os podéis bajar gratuitamente por Internet.  El Maestro afirma que tenemos más sensibilidad que la que creemos, pero que no aflora por nuestro mucho “bullicio”, y así puede ser si reconocemos que en nuestra conciencia siempre hay un runrún mental-emocional que no para. Deberíamos estar más en los altos silencios supermentales y, con olvido de nosotros mismos, tener el corazón abierto y sensible a los demás para ayudarles (a veces pienso que tanto interés por la autoestima, no hace más que engordar el ego, el yo ilusorio o yo-idea).
Lo primero que debe haber para activar la telepatía es tener amor y confianza; sin ellos no hay verdadera trasferencia de ideas.
La segunda regla consiste en evitar las crisis producidas por la crítica.

El discípulo cuidador cuando establece los ajustes kármicos que van a afectar al discípulo, se rige por ciertos requisitos. Se me escapa como pueda conseguir ese discípulo el reajuste del karma de quien tiene a su cargo. Probablemente se trate de un discípulo a punto de alcanzar la tercera iniciación, la de la identidad con la Realidad espiritual. Debe asegurarse qué karma debe agotar en esta encarnación. Inducirlo a que agregue "karma liberador".  

“El discípulo que está en la Luz” tratará de hacer ciertas cosas:
1.     Agotar el karma lo más inteligente y conscientemente posible.
2.     Aceptar karma  de vida posterior. Para estar más libres en ella para servir.
3.     Comienza a responsabilizarse de parte del karma general de la Humanidad. Porque se ve parte de Ella aún con sus defectos, porque, no obstante, es divina.
4.     Empieza a agotar parte del karma planetario. Porque se siente parte de la Conciencia Planetaria, aun en lo que su materia tenga de involutiva, porque, no obstante, es divina.

La tarea del discípulo colaborador guía al discípulo en la Luz a ajustar su karma. Lo hace plasmando el pensamiento. Cuando el karma se enfrenta conscientemente se acelera por el poder mental; El discípulo que lo prepara para discípulo aceptado está en constante contacto con el Maestro. Se establece una relación triangular: Maestro-discípulo preparador-discípulo aceptado.

Esta etapa puede ser relativamente breve. A veces dos vidas son suficientes. En los gráficos simbólicos que el discípulo guiador presenta al Maestro dos veces por año, se indica el esfuerzo hecho en ese sentido y no los resultados; lo que cuenta es el esfuerzo.

Lo más importante para cada discípulo es elevar su conciencia y responder conscientemente a la vibración ashrámica, a fin de no obstaculizar las actividades planeadas del ashrama (Esto nos obligará a clarificar un día qué es el Ashrama).

A los discípulos iniciados sólo les interesa la visión, el Plan, su dirección y su materialización en la Tierra (Esto nos obligará a clarificar un día que es el Plan).
Los discípulos aceptados aprenden a hacerlo y deben reaccionar a la visión en forma secundaria, pues se ocupan del Plan y de distribución de las fuerzas que lo materializaran. Así se coordina toda la actividad del ashrama.
Los discípulos recientemente aceptados son "agentes de experimento". De acuerdo a su reacción a las verdades impartidas y al Plan; a la capacidad de percibir la necesidad y relacionarla con el medio de liberación, y de acuerdo a su capacidad de trabajar con los discípulos mundiales así será el éxito del esfuerzo en el mundo externo.
Casi todo el contenido de esta entrada ha consistido en la presentación de textos del Maestro DK, con breves glosarios.

viernes, 20 de marzo de 2015

LAS SEIS ETAPAS DEL DISCIPULADO. ETAPA I. EL PERIODO DEL DISCIPULADO PRIMARIO



El primer indicio es "la luz resplandece" que caracteriza a una persona en determinada vida. Ello atrae la atención del Maestro.

Cuatro etapas constituyen el preludio del interés del Maestro, y cuando están presentes sucede lo siguiente:

1.     El individuo manifiesta una intensa aspiración por lograr la conciencia superior, lo cual le permite establecer repentinamente contacto con el alma. Este contacto de la conciencia personal con la conciencia superior intensifica momentáneamente la luz en la cabeza. La intensificación es momentánea porque suele suceder sólo durante el momento en que, ordinariamente en meditación, se enfoca a contactar identificarse con el Yo superior. Sólo suele ser captada por quienes tienen percepción astral.

2.     Aumenta grandemente el karma de la vida del hombre y se hace cargo de una parte del karma de su grupo. Produce un verdadero vórtice de fuerza en el aura del grupo, que atrae la atención jerárquica.

Karma suele entenderse como los efectos negativos que hay que soportar debido a acciones incorrectas, realizadas sea en esta vida o en anteriores. A veces, en previsión de una vida en que el discípulo va a entregarse totalmente al servicio a los demás, el alma adelanta a alguna vida previa parte del karma acumulado de vidas anteriores y que correspondería asumir en vidas sucesivas. Soportar parte del karma del grupo estaría acorde con la percepción de que la separatividad es ilusión y lo real es aceptarnos como Unidad.

3.     Cuando se ha logrado integrar en cierta medida la personalidad, el alma se dirige a su sombra. La persona integrada es aquella que tiene el poder de controlar sus pensamientos, sentimientos-emociones-deseos, más los impulsos instintivos-vitales propios del cuerpo etérico-físico. Entonces manifiesta poder; nosotros decimos que tiene personalidad. Es entonces cuando el alma toma interés por su “sombra”. Podemos entender la palabra sombra como que es una copia de sí, pero sin luz, lo cual nos remite a que somos extensión de la misma conciencia del alma, sólo que con tendencias involutivas.

Esto afecta definidamente al grupo egoico, el grupo de almas que tiene un propósito definido común, a llevar a cabo cuando sus instrumentos, las personalidades, se presten a cumplirlo. Entonces el Maestro se da cuenta de que es "un alma que mira hacia abajo”.  Esta afirmación es característica de la etapa diferente del alma, la cual siempre está en profunda meditación, es decir, enfocando su atención hacia su realidad original, la Realidad espiritual de la cual es expresión.

Al mirar hacia abajo el alma, su energía desciende y la fuerza de la personalidad asciende. Ahí pues descensos y ascensos conscientes más o menos frecuentes. Los lleva a cabo el alma bajo el impulso de la Jerarquía, que se ha comprometido a servir el Propósito planetario.  Decimos en la gran invocación: “Que el Propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres; el Propósito que los Maestros conocen y sirven”.

4.     Así se va construyendo gradualmente el antakarana. Aparece en el grupo egoico "la vinculadora luz" o "el puente de radiación". Podemos entender que se va construyendo el antakarana, porque antakarana significa puente y, conforme progresamos en la ascensión de la conciencia por nuestra creciente aspiración a lo superior, y desciende el fluir de las energías en servicio a los demás, vamos creciendo en la percepción del reino espiritual, del Quinto reino.

La etapa, afirma el Maestro DK, es de misticismo puro y de propósito espiritual egoísta.  El motor de esta experiencia es la aspiración hacia lo superior por encima de todo; por eso habla de que es etapa de misticismo puro. Pero el propósito espiritual que tiene de servir a los demás tiene como principal incentivo conseguir el propio progreso; por eso afirma que es un propósito espiritual egoísta.

La primera etapa de entrenamiento de este aspirante, consiste en relacionarlo con un discípulo más avanzado, que está más cerca del aspirante, aunque más lejos de la perfección. Esta etapa está distribuida en varias vidas. Lo característico, por tanto, de está primera etapa es que, curiosamente, tiene encuentros casuales con personas cuyo contacto significa bastante en su vida, al punto de impulsarlo a una nueva dirección y mayor compromiso.

Mientras esto ocurre en el plano de la manifestación, por medio de contactos con personas en encarnación, en los niveles sutiles aparece una forma de demostrar el Maestro el interés por esta persona que puede ser un discípulo en ciernes: indica a un discípulo que está en su Ashrama que se fije y siga las características de su desarrollo interior (conocer sus cualidades básicas o rayos, que dimensione su potencial radiante, apreciar cuan abiertos y activos están sus chakras, etcétera). El discípulo que supervisa esta etapa informa al Maestro en raros y distanciados intervalos (como cada seis meses).

Cuando el aspirante llega al punto en que "puede entrar en la luz del Ángel", el Maestro comienza a hacerse cargo de su entrenamiento, en la etapa del Discipulado Aceptado. Esta etapa la comentaremos el próximo día.

Casi todo el contenido de esta entrada ha consistido en la presentación de textos del Maestro DK, con breves glosarios.



viernes, 13 de marzo de 2015

RELACIÓN SUCINTA DE LAS SEIS ETAPAS DEL DISCIPULADO.




Hemos llegado a la consideración de que en estos momentos en que esperamos la inminente manifestación pública de Maitreya, Cristo, a la Humanidad, que al mismo tiempo coincide con la exteriorización del conjunto de Maestros que llamamos la Jerarquía, nuestra actitud no debe ser la de simplemente quedarnos como espectadores de algo que nos van a hacer. Cristo y los Maestros se sienten comprometidos con la Humanidad y con el Planeta, porque desde los niveles superiores todo se vive como expresión de la Unidad. Nosotros somos la parte de la Realidad que todavía no ha logrado a su expresión perfecta. Ellos aportan con su energía la ayuda apropiada para conseguirlo.

También hemos considerado que actualmente la Jerarquía está compuesta por sólo seres humanos como nosotros, sólo que van por delante.  El impulso de ascenso hacia los niveles superiores, comentábamos en la entrada anterior, se debe al instinto divino que hay en el chacra de la base de la columna. Siguiendo este impulso ascendemos al supermental y al supramental, a la conciencia del alma y a la evidencia de que se es la Realidad misma, al alcanzar el nivel de la Triada Espiritual. Por eso podemos entender que esta la continuidad conciencia-evidencia-identidad, subyacente o expresa, entre personalidad-alma-Maestro. Conforme nos acerquemos al nivel del Maestro nos sentiremos comprometidos con Su mismo Plan de trabajo. Entonces nos convertimos en discípulos.

El Maestro DK afirma que una de las cosas más necesarias para cada discípulo es aplicar la enseñanza impartida a la idea de promover y acrecentar su servicio en el mundo, y así llevar a la práctica y efectividad en su medio ambiente el conocimiento adquirido y el estímulo a que ha sido sometido. Y también afirma que discípulo es aquel que en todo momento trata de ayudar a la humanidad e impulsar el proceso evolutivo y a la vez desarrollar un profundo amor hacia el género humano, lo cual caracteriza al iniciado y al Maestro.

Hoy os presento, tal como él nos la ofrece el Maestro DK, la relación sucinta de las seis etapas del Discipulado.   Tengo la convicción de que muchos de vosotros, cuando la expongamos con más detalle, os sentiréis en la etapa del “Discipulado Primario” y aún otros es posible que os recibáis en alguna etapa más avanzada. Ya lo iréis viendo conforme despleguemos más información de cada etapa.

LAS SEIS ETAPAS DEL DISCIPULADO

1.   La etapa en que el Maestro hace contacto con el discípulo en el plano físico por intermedio de otro discípulo, es la etapa del "Discipulado Primario".

2.   La etapa en que un discípulo avanzado dirige al discípulo desde el nivel egoico, es la etapa del "Discípulo que está en la Luz".

3.   La etapa en que, de acuerdo a la necesidad, el Maestro establece contacto con el discípulo mediante:

a.    Un vívido sueño.
b.   Una enseñanza simbólica.
c.    La forma mental de un Maestro.
d.   El contacto en la meditación.
e.    Una entrevista en el Ashrama del Maestro, recordada nítidamente.

Ésta es definidamente la etapa del Discípulo que ha sido Aceptado.

4.   La etapa en que, habiendo demostrado su sabiduría en el trabajo y su comprensión del problema del Maestro, se le enseña al discípulo (en casos de emergencia) cómo atraer la atención del Maestro, extraer de Su fuerza, conocimiento y consejo. Este acontecimiento es instantáneo, y el Maestro no pierde prácticamente tiempo. A esta etapa se le aplica el peculiar nombre de "Discípulo que está en el sutratma o hilo".

5.   La etapa en que se le permite al discípulo conocer el método por el cual puede iniciar una vibración y un llamado que le permite entrevistarse con el Maestro. Esto se otorga únicamente a esos discípulos a quienes se les puede confiar que utilizarán el conocimiento sólo para las necesidades del trabajo; ninguna razón o dificultad de la personalidad los impulsará a emplearlo. A esta etapa se la denomina "Discípulo dentro del aura".

6.   La etapa en que el discípulo puede hablarle al Maestro en cualquier momento, por estar siempre en estrecho contacto con Él. En esta etapa se le prepara definidamente para una iniciación inmediata, o habiéndola recibido, se le confía un trabajo especializado en colaboración con su Maestro. A esta etapa se la denomina "Discípulo dentro del corazón de su Maestro".

7.   Hay una etapa posterior de más estrecha identificación, donde se produce una mezcla de Luces, pero no hay términos apropiados para denominarla. Las seis etapas mencionadas fueron parafraseadas para la comprensión occidental y no deben considerarse como traducciones de antiguos términos.


jueves, 5 de marzo de 2015

TU CONTINUIDAD DE IRRADIACIÓN CON LA JERARQUÍA.



Ya hemos considerado en alguna entrada anterior que, con la aparición del Quinto Reino, la Jerarquía y la Humanidad formará en un todo denominado el Reino Espiritual. Esto no nos debe de sorprender, porque, como se nos ha dicho, en la etapa actual de la Conciencia planetaria hasta los Maestros más elevados, Buda y Cristo, han surgido de la Humanidad misma.
El tema de la gradación hasta llegar a ser un Maestro lo trataremos en otro momento. Contiene el desarrollo de las llamadas iniciaciones. Cada iniciación representa un nivel bien cualificado de conciencia o de evidenciar ser la Realidad Una.
También hemos considerado en alguna ocasión que la exteriorización de los Maestros, la Jerarquía, sucederá al tiempo que también irán apareciendo Sus Ashramas. El conjunto de seres humanos que sintoniza con la irradiación de un Maestro y secunda su propósito configura un Ashrama. Cuanto más elevada es la conciencia de un ser humano, más fácil es sintonizar con un Maestro.
La irradiación de un Maestro es de gran alcance, porque no hace juego a la ilusión de la separatividad; vive constantemente en un estado de unidad con lo más profundo de la conciencia de cada ser humano. Para El, que se identifica con la Realidad Una, todos los seres son expresión de esa Realidad que Él se evidencia ser. Por tanto el vive y es lo más elevado y al mismo tiempo lo más profundo de cada ser humano.
La ilusión de la separatividad se pierde cuando se alcanza el nivel supermental, cuando uno afirma con evidencia “yo soy el verdadero Yo”. Ese Yo, el alma, se vive en unidad con todas las almas, lo que le lleva a traducir su elevación a una “expansión de conciencia “, lo cual se resuelve en un interés y ayuda a los demás como hasta ahora se ha interesado el yo ilusorio por sí mismo. El interés natural por los demás deriva de la experiencia supermental, del alma.
De este modo se comprende que se asciende al Ashrama por elevación de conciencia y capacidad de servicio. Ello ha comportado un trabajo por eliminar las tendencias egoístas del yo personal, por medio de una disciplina de conducta que le ha llevado a la pureza de vida y al olvido de sí.
El acercamiento hacia el Ashrama sucede por la incorporación espontánea en una experiencia de alma grupal. Se participa en un alma grupal por la identidad de propósito en satisfacer las necesidades de la humanidad.  Cuando uno quiere satisfacer la necesidad de un colectivo humano comienza a hacerse varias preguntas: qué es lo realmente necesario; por qué ahora el grupo siente esa necesidad y antes no; ¿hay detrás de este afán por solucionar esta necesidad una demanda de algo más profundo o elevado? Etc.  Las ideas respuesta a estas preguntas vienen de un nivel más elevado que la propia alma, vienen del nivel espiritual y significan progreso, como se expresa en la frase mántrica: “que el dolor traiga la debida recompensa de luz y amor”.  Estas ideas son revelación de la corriente de energía que impulsa a la Humanidad y al Planeta hacia su realización divina; son el desgranar de ese “Propósito que los Maestros conocen y sirven”
Con estas consideraciones podemos entender fácilmente que discípulo es quien se interesa por los demás, vive como alma y sintoniza con el Maestro, fuente reveladora del propósito de satisfacer la necesidad. Afirma el Maestro DK que cada discípulo es un punto focal de poder hasta cierta medida. Cuanto más avanzado esté un discípulo, tanto mayor será la fuerza o energía que irradiará de él.
Hay una gradación hasta llegar a ser discípulo, como lo hay una gradación dentro del Discipulado, las llamadas por el Maestro DK “seis etapas del Discipulado”. Éstas seis etapas serán objeto de nuestra consideración sucesiva próxima.
Por nuestro impulso evolutivo interior todos seremos un día discípulos, y más tarde Maestros, pues la calidad más elevada de nuestro ser es la propia del Maestro. Por eso se afirma: “el alma es tu verdadero Maestro”. 
El impulso hacia el Discipulado o la Maestría es firme e ineludible porque brota de nuestro “instinto divino”, que brota desde la base de la columna con su primera manifestación como impulso vital, pero que va ascendiendo por la columna energética hacia arriba, al punto que cambia su deseo por poseer cosas y más cosas, por la “ardiente aspiración” a identificarse con su conciencia supermental, con el alma.  Para esto es necesario el trabajo sistemático de meditación.
Manuel