sábado, 2 de agosto de 2014

LOS SIETE ERRORES EN LA VIVENCIA DE LA VERDAD.




                                                       
Cuando consideramos los siete errores en que podemos caer a la hora de percibir, vivir y transmitir la verdad de la Realidad, nos entra perplejidad ante la firmeza con que las diversas religiones han trasmitido lo que han considerado “verdad revelada”, siendo así que los transmisores no han destacado por su elevación espiritual.

Los errores son propios y naturales del ser humano, debido a su todavía deficiente grado evolutivo. La verdad que quiere revelarse primero desciende desde los planos intuitivos a los de la mente superior, de modo que emerge en la conciencia del hombre primero como una idea nebulosa y tenue, convirtiéndose en un ideal por la atracción de su potente irradiación. Un ideal es sólo una idea corporificada y es el primer paso para la materialización.  De ello deriva la construcción de pensamientos o formas mentales creadas por la mente concreta.

Primer error. La reducción de la verdad a pensamientos es la principal causa de la distorsión o error en la percepción de la revelación. Es el error básico; es el error de percepción. Evitar este error es lo que invocamos en esa frase mántrica que afirma: “muéstranos el sol espiritual oculto detrás de un disco de luz dorada”; el sol es la verdad y el disco de luz dorada es la mente concreta. Ver a través de este disco produce el primer error, el error de percepción. La mejor garantía para captar sin distorsión la revelación de la Realidad reside en elevar la conciencia hasta los niveles propios Suyos. Los Maestros siempre han huido de transmitir la verdad a través de formas mentales concretas, de pensamientos que podamos tomar como ciertos; nos hablan a través de metáforas, imágenes simbólicas y analogías, para que entendamos que hemos de pasar a la comprensión, elevando la atención a un plano superior.

El segundo error consiste en la incorrecta interpretación de la revelación recibida y ello es debido a que se sobrestima excesivamente el poder de la mente ordinaria para conocer la verdad. En vez de usar el conocimiento de la mente concreta, nos hemos de dedicar a percibirla por el conocimiento intuitivo; para eso es necesario desarrollar suficientemente la glándula pineal. Pero no se desarrolla si uno no esta abierto a lo superior, gracias a la práctica ordinaria, consistente e intensidad de la meditación, que nos lleva a la fusión con el alma, la conciencia supermental. La práctica de la meditación grupal de trasmisión la considero como el instrumento excelente para progresar en el conocimiento intuitivo. De hecho se la considera la meditación de la Nueva Era: en la Nueva Era el ser humano vivirá en la conciencia supermental.

El tercer error consiste en la incorrecta apropiación de la idea captada. El Maestro D.K. afirma que la causa de ello está en la sobreestimación de la personalidad. La idea no es de quien la percibe, sino que simplemente ES. Hemos de descentralizar la personalidad y centrarnos en que somos el alma, y aceptar que la idea lo es para la humanidad y su beneficio. No hay copyright para conocimiento verdadero.

En cuarto error consiste en la errónea orientación de las ideas. Ocurre porque quien recibe la revelación de la idea, en realidad quizás sólo ha percibido una fracción de la misma y la interpreta como correspondiendo a un campo de actividades que a lo mejor no tiene ninguna relación con la idea total. Este error sucede porque la mente es pequeña y no incluyente. Por lo tanto hemos de entrenar nuestra mente para una visión de más alcance. Se nos pide que nos abramos a una visión incluyente de la evolución de toda la humanidad, identificarnos con el Plan evolutivo que los Maestros nos ofrecen y con el que podremos trabajar a través de los diez grupos simiente.
                                                                                                                    
El quintó error está en la incorrecta integración de la idea. El que la ha recibido quiere trabajar con ella. La excesiva actividad de su mente es probablemente responsable de haber la captado. pero, como afirma el Maestro: “Las ideas percibidas, con las cuales se hace contacto, no son necesariamente ideas con las que deba trabajar todo discípulo”. La causa, pues, esta en la captación egoísta por parte del yo infe­rior.

El sexto error es considerado como la errónea corporificación de la idea. Por ejemplo la presentación del amor omnincluyente del Maestro Jesucristo como Rey del Quinto Reino, en el que el poder de la Voluntad espiritual ha de ser resaltado, ha podido corporificarse en la forma mental de un Corazón de Jesús dulzón, objeto de devoción autocomplacencia.  Por ejemplo: “Corazón Santo, tú reinarás. Tú nuestro encanto siempre serás...”

El séptimo error consiste en la errónea aplicación de la idea. Este error es consecuencia de los errores anteriores. Llevar a la práctica la consecuencia de los errores de percepción de la idea nos reafirma en la conciencia personal, lo cual significa mantenernos en la tendencia a cometer sucesivos errores.

Así que la verdadera irradiación esta en identificarnos con la verdad de la Realidad. En la Nueva Era esta identificación se realiza desde el alma grupal para trabajar grupalmente.

El tema de los errores está expuesto por el Maestro D.K. en el libro ESPEJISMO, en la pág. 56.













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