viernes, 2 de mayo de 2014

ESTABILIZACIÓN Y RESURRECCIÓN, LAS ÚLTIMAS ETAPAS DEL ANTAKARANA.



Poco podemos decir y poco refiere el Maestro D.K. respecto a estas dos últimas etapas en la construcción del antakarana o puente de continuidad de conciencia, puesto que son tan elevadas que quedan fuera del alcance de nuestra percepción ordinaria.

Las denomina de Estabilización y Resurrección. Estabilización, porque ha alcanzado el grado de realización más elevada, el de la identificación con la Mónada: alcanza plena conciencia de que es el Ser espiritual, la Realidad Una. Como fuera del Ser nada hay, la estabilidad le es connatural.

Afirma que al principio los hilos o continuidad de percepción-evidencia de esta última parte del antakarana, pueden ser finos y tenues, pero el tiempo y la comprensión aplicada tejerán el puente lentamente hilo tras hilo hasta quedar concluido, estable, sólido y apto para ser utilizado. Como él Ser es Vida, energía, acción, el fortalecimiento de estos hilos se realiza por medio de la aplicación de lo que se percibe ser: vida, acción; de ahí que lo que se comprende que se es se complete con la aplicación. Esto es forzosamente así, dice, pues no hay otro medio de intercomunicación entre el iniciado y el Uno que ahora sabe que es él mismo. Desde su triple expresión espiritual por medio de la Tríada espiritual, asciende plenamente consciente a la esfera de la vida monádica;

La justificación de que se titule la última etapa de “Resurrección”, reside en que (posiblemente haciendo uso del mito de la caverna de Platón), según afirma, ha resucitado de la caverna oscura de la vida personal a la brillante luz de la divinidad. Esta imagen se hilvana con la que nos presenta el más antiguo mantram que conocemos, el Gayatri que, podemos recordar, se expresa así:

Oh, Tu, Señor, Sustentador del Universo,
de Quien todas las cosas provienen
y a Quien todas las cosas retornan:
muéstranos el rostro del verdadero Sol espiritual,
por oculto detrás de un disco de luz dorada.
Para que podamos conocer la verdad
y cumplir con nuestro deber
mientras nos encaminamos hacia Tus sagrados pies.

Con esta afirmación de que el disco de luz dorada, la mente, oculta la verdad del Sol espiritual, enlaza la que establece que “la mente es la matadora de lo Real”, y que mientras vivimos inmersos en nuestra mente concreta, asumimos el mundo de las apariencias como el mundo de la realidad, vivimos en el yo ilusorio.

Debido Su nuevo estado de percepción de que es la Unidad, puede actuar con pleno derecho, bien como parte de la Humanidad, bien como un miembro de la Jerarquía o conjunto de Maestros, el gran grupo de Aquellos que poseen voluntad conscientemente divina y son Custodios del Plan evolutivo de los diversos reinos en el planeta. Responde también a la impresión de Shamballa y está dirigido por los Guías de la Jerarquía.

Puede volver a la manifestación expresándose como un ser humano en encarnación física (como cuando apareció como Jesucristo), con la triple energía que nos caracteriza: mental, astral-emocional y vital; puede expresar la energía dual de la Jerarquía, de Voluntad y Amor; o puede captar como más apropiado persistir en expresar la energía Una de Shamballa, la que se constituye en el núcleo propositivo que lleva adelante la evolución en el planeta.
Ésta es la meta del discípulo cuando comienza a trabajar en la construcción del antakarana.

Después de haber reflexionado sobre las seis etapas en la construcción del antakarana, que nos ha ayudado a comprender que a mayor elevación, mayor irradiación, volveremos a enfocar nuestra atención en aspectos específicos de nuestro progreso que potencian la construcción de este puente de continuidad o antakarana en las primeras etapas, y que significan un aumento en nuestra irradiación, objetivo básico que nos proponemos como grupo.





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