viernes, 7 de marzo de 2014

Importancia del alineamiento en la irradiación integral



Importancia del alineamiento en la irradiación integral

Lo importante y característico de la irradiación integral reside en que las energías espirituales se expresen a través de los niveles más materiales, de modo que la conciencia atrapada en ellos logre la luz y la libertad propios.
Esto se consigue cuando la energía radiante del verdadero Yo se manifiesta por la personalidad, a través de sus tres componentes: el cuerpo mental, el cuerpo astral o emocional y el cuerpo vital o etérico.
La primera dificultad con la que nos encontramos para conseguir esta irradiación integral es la de que nuestra conciencia, al residir en estos tres cuerpos sutiles, encuentra resistencias en secundar el criterio superior y abandonar el seguido desde la primera encarnación.
Continúa sintiendo la inclinación de secundar el mundo de los deseos, que comenzaron siendo mera una expresión emocional de los instintos. Los instintos no son malos por naturaleza; pero, debido a la inercia propia de todo lo material, su potencial persiste por más que hayan cambiado las condiciones en que si que tenían sentido.
A la humanidad le ha costado mucho la integración personal. La inmensa mayoría la posee, pero el lograrlo por imposición externa, suele ser origen de conflictos psicológicos y mentales: represiones, coediciones, inhibiciones, neurosis, etcétera, No consiguen que seamos felices ahora que, gracias a este integración personal, disponemos de mayor poder radiante.
La integración personal es radiante y gozosa cuando se logra desde la dinámica de la propia conciencia. El eje de nuestro ser es la recta conciencia, expresión descendente de la conciencia supermental. No es fácil la integración personal, pues su influjo al principio es débil frente al poder de los instintos y deseos. Nuestra conciencia personal parte de una situación de desconexión con la conciencia superior, el alma, y esa es la causa principal de la debilidad de su poder respecto a su instrumento, la personalidad.
Por otra parte olvidamos o desconocemos que nuestra atención o enfoque mental siempre es una fuente de poder, y por tanto potencia lo que atiende. Por esto nosotros, al querer eliminar nuestras tendencias erróneas, las fortalecemos con prestarles atención. Frente a este método que tantas veces nos ha resultado frustrante, podemos utilizar otro: el del alineamiento.
El alineamiento es la técnica de supeditación de la sustancia de los cuerpos sutiles al poder de la verdad que captamos y con la que nos identificamos desde nuestra conciencia supermental, desde el alma.
La idea en esta técnica es la de que, del mismo modo que nuestro cuerpo físico está constituido de células y átomos, también los cuerpos sutiles, la sustancia de nuestro cuerpo vital o etérico, nuestro cuerpo emocional o astral, y nuestro cuerpo mental están constituidos por unos elementos que tienen como instinto básico secundar la ley. En Oriente y en el esoterismo son conocidos como “devas lunares” (lunares porque, igual que la luna no tiene luz propia sino que es recibida, así estas entidades elementales carecen de luz o vida propia -de lo contrario los llamaríamos “devas solares”). Para ellos su ley es lo que se les impone con poder.
Por tanto, cuando nuestra conciencia superior les trasmite el poder de su intención, lleno de verdad, los devas lo acatan porque se convierte en su ley.
La forma más elemental de conseguir esa supeditación, el alineamiento, es proyectando desde el centro integrador que es el chakra o centro del entrecejo, un foco de luz-intención mental, visualizando que pasa por toda su sustancia e ilumina más por donde pasa, de modo que se produce como una transformación de su naturaleza. Nuestra intención es la de que secunden el criterio de la recta conciencia.
Cuanto más evidente es nuestra identificación con la verdad y por más tiempo estamos realizando esta iluminación de la sustancia de los cuerpos sutiles con el foco mental, más fácil y duradero resultará percibir la conciencia integrada y radiante desde el poder interior de la conciencia.
Al realizar este alineamiento por la dinámica de la conciencia interior, la experiencia que nos viene es de paz, bienestar, gozo interior, confianza y apertura a los demás desde la autenticidad. Esta integración desde lo superior es la base de nuestra salud física.

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