LA
IRRADIACIÓN PERSONAL.
Una de las cosas más
destacables de la humanidad actual es la cantidad de seres humanos que han
alcanzado el nivel de sentirse personas. Se entiende que se es persona cuando
hay una integración consciente y persistente de los tres cuerpos sutiles: el
cuerpo vital, el cuerpo de sentimientos y deseos, y el cuerpo mental.
Hasta ahora esto no era
tan fácil de conseguir: muchísima gente no tenía nivel suficiente como para
desenvolverse con confianza y soltura en el nivel mental. Un hecho demostrativo
es que los gobiernos democráticos son relativamente recientes. Hasta ahora las
seres humanos aceptaban como muy natural que otro pensase y decidiese por ellos,
se al rey, el Papa, un dictador. El poder mental es el más destacado de cuantos
el ser humano posee, y su demostración esta en la capacidad científico técnica
que caracteriza a nuestra sociedad actual.
Con la integración
personal aumenta el poder, al tiempo que uno entiende y se siente responsable
de actuar según su propio criterio. Por ejemplo, está apareciendo un creciente
estado de opinión que afirma que el
sistema democrático actual está obsoleto, porque no debe permitirse que ningún partido ejerza su poder representativo
por cuatro años, cuando resulta que las circunstancias aparecen tan aceleradamente
cambiantes en el tiempo, que no se puede otorgar ningún voto de confianza para
que un problema lo resuelvan quienes no tenían ni idea de que tal problema, a
veces grave y acuciante, hubiera de aparecer. Abunda en ello el hecho de
que actualmente hay muchos medios para
conseguir sopesar la pulsión social con mucha más frecuencia que una vez por
cada cuatrienio.
Pero el resultado más
importante de conseguir la integración de los potenciales psíquicos y mentales
de una conciencia humana individual reside en que es entonces cuando su mayor luz llama la atención de su alma,
la cual, como afirma el Maestro DK, deja de mantenerse en profunda meditación,
y dirige su atención a su instrumento, la personalidad. A partir de tal momento
aparece el juego de invocación-evocación
mutuo.
Por tanto, a partir del
momento en que se es persona, cuando se quiere vivir según la recta conciencia se puede llegar puntualmente a estados en los cuales se encuentra la
conjunción de la irradiación personal y anímica. El hecho más demostrativo
de que esto ocurre actualmente con mucha más frecuencia de lo que se pudiera
sospechar reside en que ahora con
frecuencia las personas contactan con el mundo de las ideas y con ellas pueden
transformar el mundo.
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