jueves, 12 de febrero de 2015

LA IRRADIACIÓN DE LA JERARQUÍA CAMBIARÁ NUESTRA PERCEPCIÓN DE CRISTO. (VII)




La experiencia más importante y notoria que nos aportará la exteriorización de la Jerarquía -que viene para facilitar la reaparición de Cristo, Maitreya-, consiste en que descenderán a nuestro plano, pero también facilitarán nuestra elevación conciencia.

El Maestro DK afirma que Cristo vendrá de tres maneras: la primera consiste en estimular la conciencia espiritual del hombre y fomentar la conciencia crística en su corazón; la segunda, en que influirá en Sus discípulos mundiales y el Nue­vo Grupo de Servidores del Mundo, para plasmar en la mente de los hombres iluminados de todo el mundo las ideas espirituales que encierran las nuevas verdades. Este Movimiento planifi­cado por la Jerarquía, progresa; los hombres y mujeres de todas partes y todos los sectores de la vida enuncian las nuevas verdades que guiarán en el futuro el vivir humano, y fundan nuevas organizaciones, corrientes y grupos ‑grandes o pe­queños ‑ que harán conocer a las masas humanas la realidad de la necesidad y el modo de enfrentarla. Tercera, Cristo viene en Persona y camina entre los hombres como lo hizo en Palestina (ya estamos a la espera del Día de su Declaración Universal).

Por la elevación de la conciencia humana hasta los planos espirituales, gracias a la irradiación de la Jerarquía, con la aparición de sus Ashramas y después con Su propia Presencia, dos grandes revelaciones tendrán lugar más rápidamente:
1.- La revelación de la luz de la Verdad. Esto significa que vamos a evidenciar nuestra identidad con la Realidad. Es alcanzar permanentemente los niveles supermental y supramental, propios de sólo los humanos más insignes, pero que la humanidad en general hasta ahora no hemos estrenado. En esta luz, la humanidad sabrá qué hacer y cómo rectificar los errores pasados. Pasar de la luz de la mente ordinaria a la luz super o supramental, estaba predicho en la frase: “en esa luz veremos la Luz”; pasar del mero conocer mental, a evidenciar que somos la Realidad sustancial. Junto con esta revelación de Luz, nos otorga también la comprensión amorosa, es decir, el conocimiento intuitivo del corazón de que, pese a las limitaciones que tengan cuantos nos rodean, nuestra percepción más profunda nos revelará que son tan divinos como divino es lo más profundo de nuestro ser.

2.- La otra revelación es la de “la vida más abundante” que Cristo prometió cuando estuvo en la tierra. Percibiremos que nuestra energía vital es esa energía espiritual que impulsa hacia la correcta actividad, la sana conducción, y la vida inspirada e inspiradora. Hasta ahora nuestra actitud ha sido, en el mejor de los casos, proyectar la luz de la recta conciencia y con ella observar dónde están nuestros errores y debilidades; pero, como los cometemos por debilidad, característico es volver a caer en el error una y otra vez. Ahora se revelará en nuestro interior una energía que antes ni sospechábamos. Con esta nueva energía evidenciaremos lo que más somos: la buena voluntad imperara, la armonía social será lo ordinario, porque todos sentiremos una inclinación y poder natural a hacer el bien. Pasaremos, de comprender y activar de modo ordinario la buena voluntad, a percibir y activar la voluntad de la Familia Humana -porque eso somos-, y la voluntad de la Conciencia Planetaria, es decir, la Voluntad al Bien, “el punto de vista cabal”. Sólo es bueno lo que es bueno para la totalidad de la conciencia, para la Conciencia Planetaria. Porque veremos que Ella es lo que en realidad somos.

Una vez alcanzada la conciencia super o supramental, es decir, la conciencia anímica o la conciencia espiritual, advertiremos que la separación entre la Jerarquía y la Humanidad es simplemente de grado, pero no de naturaleza. Su constante irradiación a través de sus Ahsramas (es decir, a través de los discípulos afiliados al Ashrama, más la que acogen y trasmiten los discípulos aceptados, los discípulos consagrados, más la de los discípulos y aspirantes en probación), nos revelará que nuestra conciencia está en continua ascensión, y que, liberados de la ilusión de la separatividad, la unidad con los Maestros y con Cristo es la misma que la unidad de la propia conciencia, porque como conciencia somos expresión de la Realidad, y la Realidad es Una. Descubriremos que nuestro interior es Cristo mismo. Pero Cristo afirmaba que era la Vida misma (la Vida, la Voluntad del Padre, la Voluntad que el Logos planetario proyecta en Samballa, -“Mi Padre y Yo, somos Uno”). Así que tendremos la vida más abundante”.
                                          
A esa revelación-elevación se llega por medio de la meditación. Porque la meditación es el medio más natural para elevar la conciencia. La potente irradiación de los Maestros facilitará que nuestra meditación sea fecunda, cada vez más fecunda y elevadora. Así resultará que cada vez más gente se interesara por meditar, por crecer interiormente, por vivir en el constante progreso de su autenticidad.
Manuel


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